sábado, 5 de marzo de 2011

1941 18.ª edición del Gran Premio de Madrid

HEBECOURT (FR) GANA EL PRIMER GRAN PREMIO DE MADRID DE LA POSTGUERRA


RESULTADOS TECNICOS
Hipódromo de La Zarzuela
Domingo 29 de junio de 1941
Gran Premio de Madrid
Para caballos enteros y yeguas de tres años en adelante. Peso: 3 años, 51 kilos; 4 años, 59 kilos; 5 años o más, 60 kilos. Recargos: 2 kilos a los ganadores de un premio de 20.000 pesetas y 5 kilos a los ganadores de varios de 20.000 pesetas o uno de 30.000 pesetas. Descargos: los caballos que no hayan ganado un premio de 7.000 pesetas descargarán: a 3 años, 2 kilos; a 4 años o más, 4 kilos. Matrícula: 1.000 pesetas.
2.500 metros
40.000 ptas. - 6.000 ptas. - 3.000 ptas. - 1.000 ptas.
Copa donada por la Sociedad de Fomento de la Cría Caballar de España
Terreno bueno
ORDEN DEFINITIVO DE LLEGADA
1.º HEBECOURT (FR) - 53 kilos - A. Díez - G. Higson - Cuadra del conde de Romanones
2.º ORHY - 51 kilos - M. Leforestier (b. blanca) - G. Higson - Cuadra del conde de Romanones
3.º REX - 56 kilos - J. Méndez - J. L. Barreiro - Cuadra del conde de la Cimera
4.º MERIN D'OR (FR) - 59 kilos - J. Perelli - J. L. Barreiro - Cuadra de don Robert Eldagsen y don José Iradier
5.º ADRIÁTICA - 48 kilos - C. Díez - G. Higson - Cuadra de don Lorenzo Bonneuil
6.º LE BLOND - 54 kilos - V. Chavarrías - G. Higson - Cuadra del conde de la Dehesa de Velayos
7.º L'ASTREE (FR) - 62 kilos - E. Romera - F. Sánchez - Cuadra de don Luis Barnier
8.º CAPRI (FR) - 49 kilos - V. Jiménez - E. López de Letona - Yeguada Militar
9.º OCCEANO - 47 kilos - M. Beguiristain - M. Sacristán - Cuadra del marqués de Lacasta
Tiempo: 2' 42'' 4/5
Distancias: 3 c., 4 c., ½ c., cabeza
Dividendos por duro apostado
Ganador: 13,50 - Colocados: 17,50 - 7,50 - 10

ARTÍCULOS PUBLICADOS POR LAS REVISTAS Y PERIÓDICOS DE LA ÉPOCA

ABC, martes 1 de julio de 1941
Se corrió el domingo esta importante prueba en la que tomaron parte los más destacados ejemplares de nuestras cuadras de carreras. Había que probar con la resistencia (2.500 metros), la velocidad y de notable manera demostraron su valía los dos representantes de la cuadra del conde de Romanones: ORHY y HEBECOURT. La táctica empleada en el desarrollo de la prueba por los jockeys fue excelente: ORHY toma el mando y, a todo tren, se distancia de gran manera del pelotón, obligando a éste a realizar un paso agobiante para la mayoría de los caballos. Frente al Instituto Leforestier da un pequeño respiro a ORHY, lo que hace que el pelotón se una; pero ya en la curva, vuelve a distanciarse, para entrar en la recta final separado de todos. Fue entonces cuando su compañero de cuadra entró fuerte y logró alcanzar a ORHY, que con toda clase de amabilidades, le deja pasar con tres cuerpos de ventaja, y ORHY sobre cuatro de su próximo seguidor, REX, a medio cuerpo sobre MERIN D'OR. El tiempo fue fantástico. 2 minutos, 42 segundos, cuatro quintos. Al gran favorito L'ASTREE no se le vió. El conde de Romanones, que presenció la carrera, fue muy felicitado por su gran triunfo. (CIFRA).

ARRIBA, martes 1 de julio de 1941
De salida, ORHY distanciado marca un tren rapidísimo, seguido por CAPRI, que encabeza el pelotón hasta la entrada de la recta final, en la que HEBECOURT, seguido de REX, empieza a avanzar, y a la altura de la tribuna oficial, HEBECOURT pasa a ORHY y gana en magnífica forma el gran premio.

MARCA SEMANARIO GRÁFICO, sábado 5 de julio de 1941
HEBECOURT, montado por Alvaro Díez, gana brillantemente el Gran Premio de Madrid
Nunca más incierto, ni por tanto más emocionante, que el Gran Premio de Madrid del año actual; muchos caballos estaban en la llegada, hasta el extremo que nosotros (y perdonese la modestia), buenos videntes para estas lides, no nos hemos atrevido a dar un ganador a priori; es más, antes de la carrera hubo una poule, parecida a las que se efectuan en el tiro de pichón y salvo un par de caballos, todos subieron en subasta a algunos cientos de pesetas; esta poule se hizo entre los socios y directivos; buena prueba de que entre los entendidos tampoco se podía prever, a priori, el resultado de una carrera toda incertidumbre y en la cual el más lince podía hacer plancha; por ello no nos hemos atrevido a dar un pronóstico definitivo, porque los que sabíamos de la gran carrera, no podímos, ni debíamos engañar al público con unas opiniones que podían equivocarles.
El Gran Premio se corrió en la tarde del domingo 29 de junio, San Pedro; los participantes fueron 9; el público se dividió de tal modo que los dividendos lo acreditan; nadie sabía nada y nadie se atrevió a pronosticar quien fuere el ganador. En este ambiente comenzo la carrera, en la que después del espectacular desfile y la salida buena (hasta cierto punto), se destacó ORHY, como siempre, en el pelotón, seguido de CAPRI y OCCEANO; de todas formas, lo del seguido fue un mito, pues ORHY galopaba en cabeza, bien, bien, y no hubo quien se le acercase hasta la curva de los 2.000 metros, a una recta de la meta; entonces MERIN D'OR y REX atacan, francamente, al propio tiempo que HEBECOURT, que ha permanecido en segundo término, viene sobre la distancia a batir; recta emocionante, en la que se ve a estos nombrados luchar por el Gran Premio, mientras que el buen aficionado, que regusta del triunfo de unos galopadores, como ORHY y HEBECOURT, se lamenta in mente de no ver por ningún lado a L'ASTREE, que así como siempre dijimos que era L'ASTREE, hoy podemos decir que en el último Gran Premio era la sombra de L'ASTREE.
MERIN D'OR hace su supremo y útil esfuerzo, muy bien administrado por Perelli, y el magnífico caballo, de una gran clase y de una gran forma, da un do de pecho sin poder más, pues la distancia no le fue; 200 metros menos y... ahí está.
REX, no muy bien llevado, también está en la llegada, mientras que ADRIÁTICA (5.º) y LE BLOND (6.º) confirman un desastre de L'ASTREE, del que alguien, si lo viera, no estaría nada satisfecho.
ORHY y HEBECOURT, ganadores del Gran Premio; lo han merecido; cada cual en su estilo y en su clase, son, y lo acreditaron el domingo, unos excepcionales caballos que merecen todos los honores y merecieron, como en la tarde del domingo, las cálidas ovaciones de una afición que los ovacionó aun antes de ganar, solamente por verlos galopar. Ni que decir tiene que el conde de Romanones fue entusiasta y cariñosamente felicitado por la afición; su preparador, Higson, abrazado; los jockeys, Leforestier y A. Díez, premiados; y... el marqués de San Damián invitó a una copa a todos...; hubo vista...; buen Gran Premio ante un marco y un público estupendo y selecto. (RUBAN)
Ganadores y colocados. El gran día. El Gran Premio. El gran lleno. Nueve caballos en linea y millares de espectadores con el corazón a noventa por hora. Pronósticos para todos los gustos y gustos para todos los pronósticos. Largas colas en las taquillas de los boletos. Y una interminable teoría de interrogaciones. ¿L'ASTREE? ¿La cuadra Romanones? ¿REX? ¡Qué complicado aparecía el asunto antes de dar la salida! ¡Y qué sencillo, después de ver como llevaron la carrera Leforestier y Alvaro Díez! ¡Si tenía que suceder así hombre!
La duda, pues, quedó aclarada. L'ASTREE, gran favorito, pero con el peso máximo y con un jinete que no era el habitual en él, hizo una carrera color de cielo nublado. Pero que bastante nublado. la famosa yegua pasó en la carrera más inadvertida que un OCCEANO cualquiera. Inconvenientes de una celebridad excesiva. Y de unos cuantos kilos de más. De todos modos, L'ASTREE siempre será L'ASTREE. Pero como ORHY siempre será ORHY, y HEBECOURT siempre será HEBECOURT, L'ASTREE, aun con menos kilos, dudamos mucho que pueda con esta diabólica combinación del no menos diabólico conde.
Y de los no menos diabólicos Alvaro Díez y Leforestier, que repitieron una vez más cómo se corre una carrera en cuadra. El uno entró detrás del otro y el espectador se quedó preguntandose si la carrera la ganó Alvaro o la ganó Leforestier. Porque aunque entró primero Alvaro y segundo Leforestier, queda la sospecha de que Leforestier entró segundo para que Alvaro entrara primero. Técnica del turf ejecutada por dos maestros.
Que plantea una duda no menos terrible. ¿Es mejor ORHY que HEBECOURT? ¿O mejor HEBECOURT que ORHY? Diz que el conde, ante estas dos preguntas, se limitó a exclamar: Ji, ji. Y no hubo más.
El señor conde tan solo ha ganado cinco carreras en lo que va de temporada. Tantas como ha puesto en juego sus colores. Cinco carreras y 89.500 pesetas de premios. El va ahora a la cabeza en la recogida de pasta mineral catalana. Que es lo que se trataba de demostrar.
Cuando se piensa que hay propietarios cuyos caballos corren día si y otro también y no ganan ni para pagar al entrenador, cuando se ve la pupila de este afortunado propietario que no se conforma con el primer premio, sino que aprovecha la ocasión para llevarse de paso, el segundo. De paso, pero a galope.
Nosotros no creemos que REX, con mejor salida, hubiera batido a los dos caballos de Romanones. Porque un caballo que sale el último, en una carrera como el Gran Premio, y entra el último en la curva postrera, para después, en la recta final, pasar a seis caballos de mayor y menor clase y entrar tercero detrás de la coalición ORHY-HEBECOURT, es tan caballo como el más caballo de los caballos. Si además tenemos en cuenta la circunstancia del mayor peso, se verá bien que la calidad de outsider de este REX con una arrancada más favorable, hubiera podido dar todavía más emoción y espectacularidad a la carrera. ¡Más todavía! lo que parece imposible. (TROTE LARGO)

YA, martes 1 de julio de 1941
HEBECOURT (FR) GANA EL GRAN PREMIO DE MADRID
Se corrió el domingo en el hipódromo de la Zarzuela el Gran Premio de Madrid.
Decepcionó. No hubo lucha, por el fácil triunfo de la cuadra del conde de Romanones, cuyos dos caballos, HEBECOURT y ORHY se impusieron de modo neto en la llegada. ORHY cedió el tren y dió paso a su compañero, sin que REX, tercer clasificado, pudiera inquietarle.

INFORMACIONES, lunes 30 de junio de 1941
Ante gran cantidad de público se corrió ayer en la Zarzuela el Gran Premio de Madrid, que constituyó un triunfo de la cuadra del conde de Romanones, cuyos caballos HEBECOURT y ORHY ocuparon los dos primeros puestos. Alvaro Díez montó muy bien a HEBECOURT.

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