viernes, 5 de noviembre de 2010

1920 2.ª edición del Gran Premio de Madrid

NOUVEL AN (FR), GANA DE NUEVO EL GRAN PREMIO DE MADRID


RESULTADOS TÉCNICOS
Hipódromo de La Castellana
Domingo 30 de mayo de 1920
Gran Premio de Madrid
Para caballos enteros y yeguas de tres años en adelante. Pesos: tres años, 48 kilos; cuatro años, 61 kilos; cinco años o más, 62 kilos. Recargos: 2 kilos al ganador de un premio de 35.000 pesetas. Descargos: 2 kilos al que no haya ganado un premio de 15.000 pesetas y 5 kilos al que no haya ganado uno de 8.000 pesetas. Matrícula: 800 pesetas.
2.500 metros
50.000 ptas. - 3.000 ptas. - 2.000 ptas.
Terreno algo blando
ORDEN DEFINITIVO DE LLEGADA
1.º NOUVEL AN (FR) - 64 kilos - G. Archibald - Cuadra de los Sres. Cimera-Martorell
2.º ROMÁN - 46 kilos - Stokes - Cuadra del duque de Toledo
3.º ALBANO - 59 kilos - García - Cuadra de la señorita María de Ussía
4.º KOPEK - 61 kilos - V. Díez - Cuadra del marqués de Aldama
5.º CHOIX DE ROI - L. Lyne
6.º CÓNSUL - Wing
7.º COURCY
8.º LA STROUMA
9.º WILLOW - Cuadra del marqués de San Miguel
10.º BILLY COCK - Cuadra del conde de la Cimera
Tiempo: 2' 42'' 3/5
Distancias: 1 c., 1 ½ c., 2 c.
Dividendos por duro apostado
Ganador: 11,50 - Colocados: 7,50 - 8 - 16

ABC, martes 1 de junio de 1920
La fiesta hípica del domingo fue una de las más hermosas que se han celebrado en nuestro Hipódromo.
Animadísimo como nunca estuvo el hipódromo el domingo, día que se corrió el Gran Premio de Madrid. Su Majestad la Reina Doña Victoria, acompañada de las infantitas Doña Cristina y Doña Beatriz, paseó en diversas ocasiones por el stand, repleta de bellísimas y distinguidas señoritas, entre ellas fotografiamos a las encantadoras Chita Valdeiglesias, Salud Escobar, Carmen Villar y Villate y a la marquesa de San Carlos de Pedroso.
A galope tendido.- En primavera, el símbolo de las carreras de caballos pudiera representarse por una vaso de naranjada. Los broches, las tostaditas con mermelada y miel, los pasteles en miniatura, han quedado ya relegados al olvido, y solo volveran a aparecer cuando lleguen los días pálidos del otoño, con sus hojas amarillas y sus toses precursoras y románticas. Hoy la tarde del Hipódromo es gris y pesada. En las mesas de té, alzadas sobre la misma hierba, la concurrencia femenina alarga el hociquito -passez le moi- para prender con sus labios el canutillo de paja por donde sube el líquido refrigerante, mezcla del hielo con el zumo agridulce de las naranjas. Suena la novedad de una mística de casacas rojas y, en la lejanía, los cuatro álamos del horizonte se recortan erguidos y vigilantes.
Luego, cuando la tarde muera y el crepúsculo se prolongue más allá de sí mismo, las nubes, por Poniente, se han de vestir de un rojo desvaído. Corazón que pretendes analizar las naderías, gran borracho de humo, devorador de ilusiones. ¡Como en un vuelo rápido vas a ir entonces hasta más allá de las nubes, para beber también la naranjada del cielo!.
La gran pluma verde de Doña Victoria, donde juega la brisa de mayo, cobija los vestidos ligeros y los bucles de oro de las dos infantinas. He aquí el único sol de la tarde; sol aún lleno de timideces en los primeros balbuceos del alba. Y las dos infantinas bajo la pluma verde, son como dos gemelas gotas de agua, que resbalaran sobre el mismo cristal, como dos versos aconsonantados dentro de la misma rima.
Cuando dos caballos llegan juntos a la meta se les ve hacer esfuerzos insospechados y estirarse en un alargamiento de todos sus músculos. Diríase que presienten cómo el triunfo puede llegar, en determinados casos, por un milímetro de morro. Por eso el caballo que saca su lengua ante la linea visual del jurado, no es un caballo schoking sino todo lo contrario.
Esta flecha prendida en el amplio sombrero de la marquesa de San Carlos de Pedroso no es sino el índice, marcado con brillantes, de La Casualidad. Con su vértice imperativo parece reclamar la atención del concurso y decirnos que sólo en el término de su iniciado viaje parabólico es donde reside la verdadera belleza.
NOUVEL AN (FR), el caballo ganador del gran premio, es castaño, lucido, de pecho ancho y agudas orejas movedizas. Antes de salir a la pista su nerviosidad presentía la lucha, y las grandes ventanas de su nariz se dilataron para respirar el viento de la victoria. Durante el solo lapso de la guerra, NOUVEL AN (FR) ha ganado más dinero que un jefe de negociado en toda su vida burocrática. Después de su reciente triunfo, sin embargo, no tiene, al exhibirse, ese petulante aspecto de los noveaux riches. Se comprende que, en los días normales, debe dejarse acariciar y hasta permitir que los entrenadores tercien sobre su grupa en una partida de damas, para lo cual el esquilador, sin duda, ha dibujado con sus tijeras un gran tablero de ajedrez.
El gran premio ha vuelto al bookmaker de sombrero gris, más vociferador que nunca. Los nombres de los caballos salen de su boca en un desfile alborotador, que recogen y glosan los venceros del Hipódromo, locos como colegiales en fuga, después de una tarde de encierro.
- Dix Billycock! Trois et demis Kopek! Trois Consul! Faitez un choix!.
Quisierámos escaparnos de la gritería; pero es en vano. La voz aguda del bookmaker nos persigue, nos taladra el oído y no hay posibilidad de escapar. Cruzan ahora Chita Valdeiglesias y su prima, Salud Escobar, prendidas del brazo. Sonríe la una dulcemente; muestra la otra la plenitud de su gentileza... Y el vociferador en tanto:
- Faitez un choix! Faitez un choix!
He aquí el embarras francés. Y nos volvemos, aun seguros de no ser oídos, hacia el que chilla:
-¿Qué quiere usted, amigo bookmaker? ¡Es imposible!
Este alto señor enchisterado que se ha detenido entre un grupo de jockeys, apercibidos para montar, parece un Gulliver del momento, que asistiera a una recepción en el país de Liliput.
Los dos racimos de uvas que riman con los ojos y están sobre las sienes de Carmencita Villar son como una tentación que acaricia nuestra mirada. Las sospechamos de cera; pero su perfección y el calor de la tarde nos harían caer sobre ellas, para devorarlas una por una.
El último caballo que llega a la meta, muy distanciado del pelotón, es recibido en plena rechifla general. Ovación de broma, paradójico entusiasmo, que le harán luego al regreso, emprender un chulo trotecillo de medio lado, con el que parece reirse y decir:
- ¡Por mí ya podéis chillar hasta mañana...! ¡Pero fijaos antes en el casito que hago! (GIL DE ESCALANTE).

GRAN VIDA, mayo 1920
El interés, la animación y la concurrencia culminan, como es natural, en este día del Gran Premio.
El cielo está entoldado y nos hace pensar si la fiesta resultará aguada como en 1919. Sin embargo, el público no teme a la lluvia e invade el Hipódromo.
El golpe de vista que se disfruta desde las tribunas altas es magnífico. Una muchedumbre enorme hace desaparecer por completo la verde alfombra del peso, y sobre la nota clara de los sombreros masculinos destacan las galas multicolores de las damas, que visten con lujo cada día más exquisito.
El momento de alinearse los diez caballos que tomaron parte en la lucha fue de verdadera emoción.
Por fortuna el juez de salida no dió margen a la impaciencia del público, y a la primera arrancada bajó la bandera roja y sonó el timbre. Pudimos observar que ALBANO se colocaba en bandera marcando un tren violento, seguido por ROMÁN y CHOIX DE ROI, NOUVEL AN (FR), KOPEK y COURCY a la misma altura, CÓNSUL, BILLYCOCK, LA STROUMA y WILLOW.
Al terminar la primera vuelta se advierte que algunos caballos no pueden sostener la velocidad inicial; sin embargo ALBANO, se mantiene en bandera, y al comenzar la cuesta le siguen de cerca ROMÁN, NOUVEL AN (FR) y CHOIX DE ROI. En la recta, ROMÁN deja atrás a ALBANO, y parece que tiene asegurada la victoria, pero frente a las tribunas, Archibald solicita a NOUVEL AN (FR), y este hermoso animal responde de un modo admirable, entrando en la meta con un cuerpo de ventaja sobre su contrincante.
El desarrollo de la carrera ha producido enorme entusiasmo, y al entrar el vencedor en el peso, jinete y caballo escuchan una ovación calurosa.
El Conde de la Cimera y el marqués de Martorell reciben efusivas felicitaciones, a las que unimos la nuestra muy sincera. (EL V. DE CAIRE-LES)

EL GLOBO, martes 1 de junio de 1920
Al fin tuvimos anteayer una jornada completa. Hubo gente, un gentío inmenso que hacía que no se pudiese dar un paso por el stand y que en el circuito se agolpasen numerosas filas todo a lo largo de la recta. El tiempo, aunque amenazador, no pasó de la amenaza. Hubo caballos, y el sport fue de tan notable regularidad, que pudimos la víspera adelantar los nombres de los ganadores en las cinco carreras. Y con todo ello hubo un entusiasmo como no recordamos haber visto nunca en nuestro Hipódromo.
Digamos enseguida que si todas las carreras resultaron lucidas, la capital de la tarde y de la reunión fue magnífica, como suena, respondiendo plenamente a la expectación de que era objeto, y proporcionando unos momentos de intensa emoción a la multitud. Cuando NOUVEL AN (FR), el mejor caballo que pisa hoy por hoy los Hipódromos europeos, cruzó triunfador la meta en un maravilloso final de carrera, una ovación clamorosa, unánime, surgió en todo el público; ovación que alcanzaba no sólo al caballo victorioso, sino también a ALBANO y a ROMÁN que le habían resistido soberbiamente y a los jockeys Archibald (que se apuntó tres victorias en la tarde), García y Stokes.
Corrieron los caballos que anunciamos excepto BRABANT, lo que motivó un leve cambio en los jockeys, montando Lyne a CHOIX DE ROI y Wing a CÓNSUL. En el desfile preliminar, en que todos los caballos mostraron su buena condición, no figuró BILLYCOCK y NOUVEL AN (FR). La salida, ya que no absolutamente irrepochable, según parece, tampoco fue de las peores: rápidamente ALBANO se lanzó a la cabeza a todo tren, llevando pegado a la silla a ROMÁN. WILLOW, el único caballo que defraudó muestras esperanzas ayer, partió mal y nada hizo durante todo el recorrido. ALBANO, con velocidad sostenida y ROMÁN persiguiéndole, conservaban la delantera ante las tribunas; detrás iba CHOIX DE ROI sosteniendo a NOUVEL AN (FR) que galopaba en cuarto lugar. El pelotón iba un poco disgregado, tal vez desconcertad0 por el rápido tren.
No se cambió el orden de los primeros en la curva inferior ni en toda la recta contraria. ALBANO, con una velocidad y una resistencia que asombrarían a los que, con mala memoria, se obstinan en negarle condiciones de fondo, continuaba a la cabeza y aún se despegaba por momentos de su perseguidor. ¡Aún entró en la recta final el primero el valiente caballito de la señorita de Ussía! Pero entonces ROMÁN hizo su esfuerzo y le atacó, mientras NOUVEL AN (FR), pasando a su compañero de cuadra se aproximaba con su magnífica acción, y KOPEK ganaba lugares asimismo. ALBANO, ROMÁN y NOUVEL AN (FR), solicitados los tres, lucharon unos momentos inolvidables...
Los trancos poderosos de NOUVEL AN (FR), hiciéronle destacarse, dándole un cuerpo de ventaja en el momento decisivo. Segundo se clasificó ROMÁN, a cuerpo y medio de ALBANO, que conservó el tercer puesto a dos cuerpos de KOPEK, precediendo éste a CHOIX DE ROI como en el premio Alfonso XIII.
Dadas las condiciones de la carrera, la performance de ROMÁN es honrosísima, soberbia la de ALBANO y portentosa la de NOUVEL AN (FR). Sus propietarios recibieron calurosísimas felicitaciones, muy justas; por lo que a NOUVEL AN (FR) atañe, debe el caballo ir a Francia; cualquier premio que dispute, salvo un accidente, es suyo. Su doble triunfo en el Gran Premio y con los campos que ha luchado solo puede lograrlo un caballo de excepción.

LA ÉPOCA, 31 de mayo de 1920
Con gran brillantez se celebró ayer la séptima sesión de carreras de caballos. Pocas veces se ha visto animación tan extraordinaria en nuestro Hipódromo. Miles de personas habían acudido para presenciar la importante prueba del Gran Premio de Madrid, que despertaba enorme interés.
En la tribuna Regia se encontraban los Reyes Don Alfonso y Doña Victoria y la Reina Doña Cristina, con el Príncipe de Asturias y los Infantitos Jaime, Beatriz y Cristina; los Infantes Doña Isabel, Doña Luisa, Don Carlos y Don Fernando, la Duquesa de Talavera y el Príncipe Don Raniero. Acompañaban a la Real familia la duquesa de San Carlos, marqueses de Bendaña y Castel Rodrigo. Los Reyes pasearon por el stand, donde recibieron muchas pruebas de simpatía por parte del numeroso público. Al comenzar la carrera del Gran Premio aumentó extraordinariamente la expectación. Numeroso público se agolpaba en las taquillas de las apuestas para apostar por los caballos favoritos, que eran el famoso NOUVEL AN (FR), ROMAN y ALBANO. Como es sabido, NOUVEL AN (FR) ganó los años anteriores los grandes premios de Madrid, Santander y Aranjuez, y mantiene su prestigio. Su triunfo de Aranjuez en el Premio Ducat era una garantía. El Gran Premio de Madrid era de 50.000 pesetas al primero, 3.000 al segundo y 2.000 al tercero. Para caballos enteros y yeguas de tres años en adelante. Tomaron parte en la prueba 11 caballos, y se retiraron seis. Antes de comenzar la carrera los caballos fueron paseados por la pista, con sus correspondientes montas. El público siguió con gran interés la lucha. Llegó en primer lugar NOUVEL AN (FR), de Cimera-Martorell. Después entró ROMÁN, del Duque de Toledo, y luego ALBANO, de la señorita María de Ussía. NOUVEL AN (FR) hizo un recorrido precioso. En la primera vuelta iba en tercer lugar, conteniendole el jinete para que no galopara demasiado. Al llegar cerca de la meta el caballo ROMÁN, que iba en primer lugar, NOUVEL AN (FR) dió una galopada velocísima y se le entró por el lado derecho, ganando por cerca de medio cuerpo de caballo. El triunfador fué objeto de una ovación. Las apuestas pagaron a 11,50 por el caballo ganador, a 7,00 por el primer colocado y a 8 y 16 pesetas los otros dos. (APOLÓN)

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