jueves, 27 de enero de 2011

1932 14.ª edición del Gran Premio de Madrid

ATLANTIDA TRIUNFA NUEVAMENTE Y ESTABLECE EL RECORD DEL TIEMPO SOBRE LA DISTANCIA EN EL GRAN PREMIO DE MADRID


RESULTADOS TÉCNICOS
Hipódromo de La Castellana
Domingo 26 de junio de 1932
Gran Premio de Madrid
Para caballos y yeguas de tres años en adelante. Pesos: tres años, 50 kilos; cuatro años, 59 kilos; cinco años o más, 61 kilos. Recargos: el ganador de un premio de 20.000 pesetas recargará 3 kilos; de varios de 20.000 pesetas o de uno de 35.000 pesetas, 5 kilos. Descargos: los caballos que no hayan ganado un premio de 7.000 pesetas en 1932 o uno de 8.000 pesetas en su vida descargarán: a tres años, 2 kilos; a cuatro años o más, 4 kilos. Matrícula: 800 pesetas.
2.500 metros
40.000 ptas. - 5.000 ptas. - 3.000 ptas. - 2.000 ptas.
Copa donada por el Excelentísimo Ayuntamiento de Madrid
Terreno bueno

ORDEN DEFINITIVO DE LLEGADA

1.º ATLANTIDA - 60 kilos - V. Jiménez - M. E. Outré - Cuadra del conde de la Cimera
2.º POLICHINELA - 48 kilos - C. Díez - Cuadra de don Luis de Goyeneche
3.º SILILLOS - 50 kilos - Méndez - Cuadra del duque de Alburquerque
4.º LA CACHUCHA - 49 kilos - Leforestier - Cuadra del marqués de San Damián
5.º PIPO - 59 kilos - M. García - Cuadra de don Valeri de Valldaura
6.º OHIO - 55 kilos - J. Sánchez - Yeguada Nacional
7.º MIAMI - 59 kilos - L. Belmonte - Cuadra de don Valero Pueyo
8.º PROTEINE - 53 kilos - J. Rodríguez - Cuadra de don Luis Felipe Sanz
9.º SORRENTO - 53 kilos - A. Díez - Cuadra de don Francisco Coello y Goicorrotea
10.º MERATE - 51 kilos - Reinette - Cuadra del conde de la Cimera
11.º QUITAMANCHAS - 51 kilos - E. Romera - Cuadra del marqués de Loriana
12.º PANAMA - 46 kilos - J. Perelli - Cuadra de la Dirección General de Ganadería
13.º ANDURIÑA - 46 kilos - P. Gómez - Cuadra del conde de Ruiz de Castilla
Tiempo: 2' 40'' 3/5
Distancias: 2 c., 3 ½ c., 2 c.
Dividendos por duro apostado
Ganador: 6 - Colocados: 6,50 - 13,50 - 31,50

ARTICULOS PUBLICADOS POR LAS REVISTAS Y PERIODICOS DE LA EPOCA

ABC, martes 28 de junio de 1932
Gran día; solemne día este del domingo, en que se disputaba la clásica carrera Gran Premio de Madrid. El Hipódromo se vió con una concurrencia tal como no recordamos haya habido en tiempos anteriores. Hay afición; y aunque algún grajo pretenda revolotear sobre lo que él se figura cadáver, hay afición, y con ella hay deporte para rato. Deporte bueno, se entiende; tal y cual lo viene realizando esta Sociedad, ejemplar en la honorabilidad y en el recto obrar, como otra igual no existe en el mundo entero. La cosas claritas, para que las entiendan los indocumentados achuchadores de inconscientes masas.
Todo contribuyó a realzar la gran fiesta deportiva: la esplendidez de la tarde, la enorme muchedumbre que acudió al Hipódromo, la cantidad considerable de mujeres bonitas que se vieron y, como final, una carrera que desde su comienzo a su término ofreció al aficionado un enorme interés.
Porque la lucha para el primer lugar en este Gran premio, si estuvo muy indecisa durante casi todo el recorrido, en sus momentos últimos apareció tan dudosa, que la hizo verdaderamente emocionante.
Dada la orden de salir, toma a gran tren el mando del pelotón, que componían 13 caballos, PANAMA, que lleva detrás a OHIO y PROTEINE. Al entrar por primera vez en la recta se une más el grupo, quedando última la torda. En la puerta de Madrid la llama Jiménez por primera vez, y comienza a entrar en liza; en la cuesta, PANAMA decae y empieza su gran carrera POLICHINELA, que lucha con OHIO; en la curva alcanza ya ATLANTIDA la cabeza, junto a POLICHINELA, entrando en la recta muy fuerte el hermoso ejemplar de Goyeneche; entre POLICHINELA y ATLANTIDA se establece una dura pelea desde el paddock, que mantiene muy indeciso el primer lugar; frente a las tribunas pide Jiménez a la yegua el máximo esfuerzo, y con esos estupendos trancos de esta soberbia hija de FILIBERT DE SAVOIE, enérgicamente empujada por el gran jockey, ATLANTIDA se despega de su temible enemigo y entra en la meta con dos cuerpos de ventaja.
Soberbio galope, soberbia monta y soberbia lucha, digno todo de un Gran Premio como éste.
En tercer lugar entró, a tres cuerpos y medio, SILILLOS; en cuarto, a dos cuerpos, LA CACHUCHA; detrás, PIPO, y luego, MERATE.
El tiempo empleado en la carrera (2.500 metros) fue de 2 m. 40 s. 3/5, el que no se ha hecho hasta ahora en nuestro Hipódromo, pues si en 1922 ALBANO hizo 2 minutos, 38 s. 4/5, fue sobre 2.400 metros. Los que más de le han acercado han sido, en 1920, NOUVEL AN (FR) (2 m., 41 s. 4/5), y en 1928, COLINDRES (2 m., 41 s. 4/5).
Este tiempo indica el gran tren con que se llevó la carrera, impuesto por PANAMA, y esto fue considerado por muchos como factor favorable para el triunfo de la torda. respetando la opinión, creemos que con ese tren, y con otro menos fuerte, la yegua hubiera triunfado igualmente; quizá a menos velocidad le hubiese sido a Jiménez más fácil el situarla en el oportuno lugar sin emplearla en la prematura energía que lo hizo. ATLANTIDA estaba batida mediada la recta final, y sólo su extraordinaria clase, superior a las demás, pudo imponerse, como lo hizo, para poder a su vez batir a un tan magnífico ejemplar como lo es la yegua de don Luis de Goyeneche.
Magnífica yegua ésta; fuera de ATLANTIDA, quizá lo mejor que tenemos en el Hipódromo. Su falsa carrera en el premio de Fomento dió a su vez una falsa línea; sinceramente confesaremos que, aun teniéndola por ejemplar de excelente clase, no la considerábamos en su verdadero valor, y por ello no la veíamos en la lucha. Ella nos sacó de clara manera de nuestro error. Su desquite con MERATE fue definitivo.
El conde de la Cimera fue objeto de entusiastas felicitaciones por este nuevo y brillante triunfo de los colores de su cuadra. Jiménez fue aclamado por la muchedumbre de espectadores a su regreso al peso.
También fue objeto de unánimes felicitaciones el entusiasta aficionado don Luis de Goyeneche.
¿Fueron los otros puestos los debidamente ocupados? No nos causó extrañeza el de SILILLOS. Lo venimos considerando como un tres años de clase superior; sus actuaciones así lo tiene acreditado, y algunos de sus fracasos sólo achacables han sido a la deficiente monta que se le hizo. LA CACHUCHA, con su comodísimo peso, debió mucho en su colocación a la inteligente dirección de Leforestier.
Fracasó MERATE, tal vez debido al poco conocimiento que tenía de nuestra pista su jockey, Reinette. Nada le vimos hacer. Defraudaron OHIO y SORRENTO las esperanzas en ellos puestas. QUITAMANCHAS decepcionó. PIPO tuvo una muy honesta actuación.
En resumen: una carrera de las que emocionan y satisfacen al más exigente de los aficionados. (RUBRYCK)

EL IMPARCIAL, martes 28 de junio de 1932
Hermosa jornada deportiva la del domingo en el Hipódromo; ante un gentío que no cabía en las amplias tribunas, con los aficionados subidos a sillas y escalinatas para ver mejor la carrera y experimentar la máxima emoción de la temporada. Se corrió el Gran Premio de Madrid, prueba cumbre del año. No por descontado el triunfo de la célebre ATLANTIDA, la carrera carecía de interés; a pesar de la fe de la afición en la magnífica galopadora, existía el interés de verla luchar con algunos de su tiempo, que iban en condiciones inmejorables de peso, y ver qué lugar ocupaban los tres años más calificados en lucha con los mayores.
Después del clásico desfile (este año bastante numeroso y selecto), alineados los trece partans a las órdenes del starter, se da la salida en buenas condiciones, y PANAMA parte veloz, muy veloz, en cabeza, marcando un tren endiablado y bastante destacado del pelotón en el cual al primer paso por las tribunas, ya luchan por colocarse en cabeza POLICHINELA, OHIO y QUITAMANCHAS; cerrando todo el grupo y montada siempre, va ATLANTIDA. Al llegar a la curva de Madrid, ya va el pelotón a gran tren a alcanzar a PANAMA mientras ATLANTIDA, por fuera, empieza a marcar un avance; poco después, PANAMA cede por completo, y luchan por la cabeza OHIO y POLICHINELA; PIPO y SILILLOS, inician también un fuerte avance, y la torda sigue su marcha poderosa hacia la cabeza; en la curva OHIO ha cedido y POLICHINELA se destaca, sin ser aún pasado por la de Cimera, que por un momento parece no emplearse. Es sólo un momento. Ha debido ser un respiro. Frente al Paddock el potente tranco de ATLANTIDA domina a la buena tres años de Goyeneche, que, a su vez va destacada de SILILLOS, que en un soberbio rush se acerca a tres cuerpos de POLICHINELA, detrás el resto del pelotón, del cual LA CACHUCHA saca una pequeña ventaja a PIPO, ventaja que le vale el cuarto premio, ATLANTIDA ha cruzado, una vez más, victoriosa el poste de llegada... ¡Se ha corrido el Gran Premio de Madrid del año 1932!
Los aplausos atruenan, llueven las felicitaciones, los abrazos; la afición da rienda suelta a su emoción, contenida a duras penas durante los dos minutos cuarenta segundos y tres quintos que ha durado la carrera; realmente, la carrera ha sido preciosa... ¿Hay alguien que no se sienta aficionado ante espectáculo como éste?
El conde de la Cimera logra inscribir su nombre una vez más en el palmarés de la gran prueba; muy justamente, por todo cuanto por el deporte hace.
Victoriano Jiménez, jockey una vez más de la casi blanca triunfadora, recibe una gran ovación por su soberbia monta; realmente, la torda es siempre lo que es bajo su mando; no olvidemos a E. Outré, que sabe conservar la forma de la yegua a través de la temporada, dentro de las posibilidades que se ven (a pesar de la edad), son aun brillantísimas.
Hemos hablado de felicitaciones y no debemos dejar de consignar las muchas y muy entusiastas que recibe don Luis de Goyeneche, propietario de POLICHINELA, que en esta carrera se acaba de revelar como el sin disputa mejor tres años. La ganadora del Derby, que quizá pudo ganar el Villamejor, está batida; pero batida nada más; netamente batida; pero no olvidemos el tren llevado, la lucha que POLICHINELA sostiene, primero de salida, y después, cedido PANAMA, con OHIO; tiene que hacer dos carreras, y al final no puede nada contra el tranco de ATLANTIDA pero crean los aficionados que no lo vieron, y creo confirmarán conmigo los que lo presenciaron que ha sido (aparte de su derrota por JATIVA (FR)) el gran premio que más trabajo le costó a ATLANTIDA. Don Luis de Goyeneche puede estar satisfecho del ejemplar que en su cuadra posee.
SILILLOS hace su mejor carrera en el Gran Premio ocupando el tercer lugar y logrando con ello una performance brillantísima, demostrativa de su gran clase y de la buena forma que bajo el entrenamiento del capitán Ponce de León ha llegado a alcanzar.
El puesto de LA CACHUCHA no nos extraña, con cuarenta y nueve kilos a la edad que tiene, corriendo bien, como corrió, ahí debe estar. No podemos decir igual de QUITAMANCHAS; corre mal, pues con cincuenta y un kilos debió hacer más; SORRENTO tampoco brilla; el gran paso de la carrera hace sin duda que, a pesar de su peso, no esté al final en carrera. MERATE, a pesar de lo que se le quiera disculpar, en cuanto a la ayuda (escasa a nuestro juicio) prestada a su compañera corre mal; PIPO discreto. PANAMA y PROTEINE mal. ANDURIÑA sufrió un corte cerca del tendón y está, a pesar de todo, delante de algunos viejos; no corrió mal.
En suma, una jornada emocionante y una tarde agradabilísima que nos proporcionó la sociedad de carreras. (RUBAN)

EL SIGLO FUTURO, lunes 27 de junio de 1932
Ayer se celebró en el Hipódromo de la Castellana la carrera de más importancia del calendario hípico español: el Gran Premio de Madrid, dotado con 50.000 pesetas, sobre 2.500 metros.
Venció el favorito absoluto de la carrera, ATLANTIDA, del conde de la Cimera, montado por Victoriano Jiménez, que corría en cuadra con MERATE, caballo que aunque ayudó mucho al triunfo, abriendo paso a la ganadora en un momento en que quedó encerrada, no figuró a la llegada.
La carrera fue lo más emocionante de la temporada, ya que participaron 13 caballos, todos con alguna probabilidad de triunfo. En la salida, se escapó el peso ligero PANAMA, que intentó separarse mucho del pelotón general. Esto obligó a todos a forzar la marcha, y tuvo como final que la llegada fuese reñidísima, después de haberse desarrollado a un tren endiablado.
La ganadora hizo el recorrido en 2 minutos 40 segundos 3/5, con lo que batió el record de esta prueba y de la distancia, que tenía establecido el célebre caballo NOUVEL AN (FR) en un segundo más.
En el segundo puesto entró POLICHINELA, de Luis de Goyeneche; en el tercero, SILILLOS, del duque de Alburquerque, y en cuarto, LA CACHUCHA, del marqués de San Damián.

HERALDO DE MADRID, lunes 27 de junio de 1932
En el hipódromo de la Castellana se corrió ayer la prueba máxima en el turf madrileño. El Gran Premio, con 40.000 pesetas para el vencedor y 50.000 pesetas en el total de premios. Naturalmente, el hipódromo estaba ayer cuajado de aficionados o simples apostadores, que esperaban sacar su pellizco, dado que ATLANTIDA era poco menos que segura ganadora...
Así fue, en efecto. Pero hubo su emoción, por la forma que se desarrolló la prueba. Una salida en la que ATLANTIDA resultó mal colocada, y el grupo la dejó atrás, casi en último lugar. Corrían trece caballos -igualando el record de participaciones- y desde la puerta de Madrid ATLANTIDA tuvo que pasar, uno a uno, a todos los demás concursantes, desperdigados. En la recta final ATLANTIDA estaba aún cuarta, y sólo al gran esfuerzo, solicitado maestramente por el jockey Victoriano Jiménez, se debe el nuevo triunfo de la famosa torda, que ganó por dos cuerpos. La lucha final fué emocionante, pues los tres años SILILLOS y POLICHINELA no cejaron en su empeño, viéndose en punta. Pero al final, como decimos, triunfó la gran clase de la yegua de Cimera. ¡Pero en el público hubo su escalofrío! La derrota de ATLANTIDA hubiera sido una catástrofe... Tras ATLANTIDA, POLICHINELA y SILILLOS; entraron en compacto grupo LA CACHUCHA, PIPO, OHIO, SORRENTO, QUITAMANCHAS, MIAMI, MERATE, ANDURIÑA, PROTEINE y PANAMA.
La entrada en el peso de ATLANTIDA fué acogida con una gran ovación que se hizo extensiva al jockey Jiménez, y al preparador, Outre.
ATLANTIDA gana por segunda vez este Gran Premio de Madrid, el más importante de los que se corren en Madrid.

HERALDO DE MADRID, martes 28 de junio de 1932
Gran tarde la del domingo para los anales del deporte burrero en Madrid. Enorme concurrencia, un premio con 40.000 pesetas al ganador, un largador imposible por sus desaciertos, una yegua que paga 230,50 pesetas al primero y el más completo descalabro para la cátedra. ¡Un gran día para la afición madrileña!...
Un día muy grande. Pero ni aun a pesar de la importancia de los premios a disputarse ni de la exorbitante entrada al peso, que anteayer costaba cuatro duros, la Comisión se tomó la molestia de colocar las pizarras con las cotizaciones de cada carrera.
Hemos de insistir hoy en nuestra prédica de que se coloquen las cotizaciones. El público quiere saber cómo va jugado su dinero; es preciso darle al mismo las mayores garantías de seguridad. No es posible seguir tolerando que la Comisión haga a su placer los dividendos. La boleteada es una cosa muy importante para la decisión del jugador. Según la cantidad de boletos con que cada caballo carga es la preferencia o reparo que pone el aficionado, y este dato, que es esencial, se lo guarda para sí la Comisión; se le resta al público un dato ilustrativo y se siembra la desconfianza, pues no siempre los dividendos que asigna el casillero dejan conformes a los apostadores. El domingo, en la última carrera se dió el hecho de que LA BOMBILLA ganase y pagara nada menos que 230,50 pesetas a ganador y 32 a colocado. Pues bien: uno de los felices y escasos poseedores de boletos protestaba porque le parecía que el dividendo debía ser mayor. Yo no acompaño en su avaricia a este jugador, que, por lo visto, quería llevarse hasta los bancos del hipódromo; pero le acompaño, sí, en su desconfianza, porque yo, como él, como todos los cientos de aficionados, no sé cuál fué la boleteada y, por consiguiente, ignoro si ese dividendo está bien o mal hecho. Este continuo desatender que tiene la Comisión para las cosas más importantes de las carreras le traerá más de un disgusto, aparte de ser uno de los más grandes motivos que para su ausentismo tiene la afición madrileña. Hay que renovar las viejas prácticas y procedimientos; hay que permitir que el aire nuevo llegue hasta el hipódromo; hay que reemplazar esa calamidad de starter, que ni aun en días de la importancia turfística como el de anteayer se olvida de sus mañas y larga carreras que son la verdadera desesperación del público; hay que obligar a los jockeys a que sean capaces de conservar la linea en carrera para que no ocurra lo del domingo, que AGUSTINA DE ARAGON perdió por los cuatro cuerpos que se descontó al abrirse en el codo final, y como lo de la última, que si Romera no encierra a DEDE ésta gana fácilmente el hándicap.
Hay también, y esto le corresponde a la primera autoridad de nuestro Ejército, que evitar que los militares tomen parte con sus caballos y los monten en carreras en las que hay apuestas -hay que oir los elogios que les hacen algunos aficionados cuando pierden una carrera-. Hay que hacer que a todos, caballos y ganadores, se les tome la saliva; pero no para mandarlas a Francia, que es como tomarla pour la galerie, no; hay que tomarla y, sobre el pucho, mandarla analizar a un laboratorio de aquí para que el resultado se conozca enseguida.
¡Estamos! Bien. Ahora una revista a las carreras.
De los dieciséis inscritos en el Gran Premio de Madrid (2.500 metros, 50.000 pesetas) se borran PINOCHO, PAVOT ROUGE y EL TOBOSO. El starter demora la largada más de lo conveniente, y por fin larga la carrera de uno en fondo, como fila india. PROTEINE, en punta; le siguen OHIO, PANAMA y POLICHINELA. Se llevan recorridos cien metros con gran tren y PANAMA pasa a la dirección del lote. Detrás van OHIO, PIPO, LA CACHUCHA, SORRENTO, etcétera. Ultima va ATLANTIDA. El mono Victoriano corre a la expectativa, sin cansar a la tordilla. La primera vez que cortan la raya pasan así: PANAMA, con quien Perelli apura el tren de carrera, OHIO, ANDURIÑA, SORRENTO, PIPO, SILILLOS y MIAMI. ATLANTIDA sigue con grandes reservas en el fondo del lote. Al volcar el codo para entrar en la recta opuesta POLICHINELA apura y desaloja a PANAMA en la dirección. ATLANTIDA, entretanto, con gran empuje, empieza a despejar el terreno de enemigos, y así, en la mitad del derecho de frente, ya va tercera. Al volver el recodo OHIO intenta un avance contra POLICHINELA, pero ATLANTIDA lo quiebra con su empuje, para volcar la recta final, con la tordilla en descubierto y POLICHINELA a la par. Ahí Victoriano impone la clase de la pupila de Cimera y, frente a las primeras tribunas, le saca un largo a la perseguidora. SILILLOS inicia un rush fantástico; pero apenas se llega a los tres cuerpos de POLICHINELA. Detrás entra LA CACHUCHA, y el resto, disperso.
En esta carrera fueron pésimamente corridos PIPO, MIAMI (que se encerró), ANDURIÑA, OHIO, PROTEINE y MERATE, cuyo piloto da más importancia a la postura que a la eficacia. (CALANDRIA)

LA EPOCA, lunes 27 de junio de 1932
El momento cumbre de la temporada hípica madrileña, la jornada del Gran Premio de Madrid, que por su antigüedad tanto como por su historial, por su importancia en métalico tanto como por los caballos que lo disputan es la prueba más importante del turf español, se ha celebrado ayer tarde con tanta brillantez como se esperaba.
En el Hipódromo de la Castellana se congregó una enorme multitud. Parecía como si hubiera acudido todo el público que el año pasado, por lo adverso del tiempo, no vió el Gran Premio de 1931, y además el correspondiente de este año. Puede asegurarse que la cantidad de personas que en esta ocasión han asistido al Gran Premio es el doble de los que hace dos años presenciaron la imponderable lucha JATIVA (FR) - ATLANTIDA.
La tarde de ayer será una tarde de recuerdo en la historia del hipismo español.
El escenario de esta magnífica fiesta deportiva, como decimos lineas arriba, estuvo abarrrotado de ese público selecto y único que constituye el mayor atractivo de las bellas reuniones de carreras.
El aspecto del stand era espléndido. Por él paseaban las más elegantes damas y las más bellas señoritas; era difícil encontrar una silla donde descansar o un sitio en las tribunas desde el que presenciar las carreras. La variedad de tonos y colores de las toilettes femeninas daban un bonito aspecto multicolor al conjunto.
En la entrada general había tanto público que podría aplicarse el refranero popular: no caería un alfiler.
Este año ha sido uno en los que el Gran Premio de Madrid ha resultado más interesante. Desde el año 1923 no había sido disputada la emocionante carrera por un grupo tan nutrido como el de ayer. El récord establecido en trece caballos ha sido igualado.
A pesar de que la prueba contaba con un favorito unanime tenía alicientes e interés sobrados. En nuestras apreciaciones ya decimos que la prueba no estaba corrida, ni mucho menos, pues ATLANTIDA, el gran favorito, tenía enemigos serios, ya que en el grupo que corrió los 2.500 metros emocionantes había la mejor clase entre caballos viejos de acreditada valía y jóvenes de los que más han destacado.
Todo era, pues, a realzar la emoción de la importante prueba: buen tiempo, mucho público, buen dinero jugado, numerosos caballos...
Por eso, cuando llegó el momento de correrse la clásica prueba en el Hipódromo, se hizo un imponente silencio, que fue cortado cuando después del solemne desfile, los aplausos del público señalaban el paso de los respectivos favoritos. Llegados los caballos al poste de salida, volvió a hacerse el silencio. El aspecto del hipódromo en este momento es fantástico. Pese al nerviosismo de los jinetes, la partida no se demora y todos los caballos en buenas condiciones comienzan el recorrido.
PANAMA toma la salida en cabeza, seguido de PROTEINE, OHIO, POLICHINELA, QUITAMANCHAS y SORRENTO; última va ATLANTIDA, y un poco más delante de ella, su compañero de cuadra MERATE. PANAMA marca un tren fortísimo, siendo ahora sus más inmediatos OHIO y POLICHINELA. ATLANTIDA continúa en la cola. La carrera de ésta es en la que más se fija el público. En la curva de Madrid comienza a avanzar, y va pasando enemigos a potentes trancos, con ese galope característico suyo. Antes de la curva de Chamartín OHIO pasa a la cabeza, empezando a desaparecer PANAMA, pues también le adelanta POLICHINELA. Cuarto queda SORRENTO, y enseguida MERATE. La misma suerte que PANAMA, sigue QUITAMANCHAS, aunque aquél se mantiene un poco tiempo en el tercer puesto. En la curva, ATLANTIDA ha ganado nuevamente puestos; es ya tercera, detrás de OHIO y POLICHINELA. MERATE ha quedado completamente batido. A la salida de la curva, OHIO va en segundo lugar, siendo primero POLICHINELA y tercero ATLANTIDA. Esta, en la recta final, hacia la mitad, ha batido ya a OHIO, y va acercándose a POLICHINELA, a la que también bate despues de ligera resistencia por parte de ésta. Del pelotón aparece SILILLOS, que, muy fuerte, ocupa el tercer puesto, precediendo a LA CACHUCHA, que termina muy bien el primero de los no colocados, delante de PIPO.
La cuadra del conde de la Cimera obtuvo ayer el más importante triunfo de esta temporada, de tan brillante manera como logra los numerosos y muy merecidos que constituyen su glorioso historial y que son la mejor muestra de su pujanza y valía.
ATALNTIDA ganó magníficamente. Hizo su acostrumbada carrera de siempre; a la cola primeramente para avanzar cuando le vino en gana a su jinete, e ir pasando enemigos con sus potentes trancos. Su carrera de ayer fue tan buena, que batió el récord de tiempo del Gran Premio, que estaba establecido por NOUVEL AN (FR) en 2 m. 41 s. 4/5, rebajándole en un segundo y un quinto, récord sobre la distancia de ayer, pues ALBANO lo posee en 2.400 metros, distancia conque se corrió el Gran Premio dos años.
Después de la carrera de la ganadora destaca la carrera de POLICHINELA, no solamente por ocupar el segundo lugar, sino porque en todo momento fue en los lugares de cabeza. SILILLOS y LA CACHUCHA, que ocuparon el tercero y cuarto puestos, no figuraron hasta el final. De los demás, únicamente PANAMA y OHIO; aquél impuso un tren fortísimo, y estuvo en cabeza 1.800 metros. OHIO, sin tomar el primer puesto de salida, corrió y sustituyó a PANAMA al ceder éste. QUITAMANCHAS defraudó, y MERATE no hizo nada, pues ni siquiera cumplió su papel de facilitar el triunfo a la ganadora. SORRENTO acusó un descenso de forma.
El triunfo de la gran yegua, que por segunda vez consecutiva inscribe su nombre en el palmarés del clásico Gran Premio de Madrid, fue acogido con ovaciones estruendosas, muy calurosas cuando, llevada de la brida por su entrenador, M. E. Outré, retornaba al pesaje.
El conde de la Cimera recibió muchas felicitaciones. Estamos seguros de que todo el público, lo mismo de la preferencia que de la entrada popular, habría querido exteriorizarle su afecto y simpatía. Los esfuerzos del ilustre aristócrata en favor de la cría caballar, y del deporte, tuvieron ayer buena compensación: moral y materialmente. Unamos nuestra enhorabuena a las muchas recibidas. (C. A.)

LA LUZ, lunes 27 de junio de 1932
La Sociedad de Fomento de la Cría Caballar de España puede estar satisfecha de la jornada del Gran Premio de Madrid de 1932, que desde todos los puntos de vista constituyó un éxito completo en merecida recompensa a su labor para el mejoramiento de la cría española. Una prueba precisamente del resultado de su trabajo es que las cinco carreras de la gran tarde fueron ganadas por productos nacionales todas ellas en competencia con importados.
El Gran Premio logró igualar el record de participantes y fue una carrera severísima por el tren descompasado impuesto por PANAMA, que al ceder fue sustituido por OHIO, y a quien pronto dió la lucha POLICHINELA, que, destacada del grupo, sólo sucumbió en la recta final ante ese ataque arrollador de la invencida en el año, ATLANTIDA, merecidamente favorita, que una vez más, tal vez la última si, como se dice, va destinada a la cría, puso de relieve su indiscutible superioridad. El reconocimiento de ésta, como el justo elogio de la monta de su habitual jinete, Victoriano Jiménez, son repetición de una de tantas hazañas que la torda y su jockey tienen realizadas. Otro tanto diríamos si reprodujéramos cuanto en loa de la incesante labor de su propietario y criador se ha dicho; no así con respecto a su nuevo preparador Outré, que ha sabido durante esta campaña mantenerla sin conocer la derrrota en la ascensión de forma conveniente para llegar a su máximo en el día de ayer, por lo que es acreedor a un elogio especial. Mención especialísima merece también la actuación de POLICHINELA, la única del lote de cabeza que sobrevivió a la severidad de la prueba y que, confirmando y aun mejorando su carrera del Derby, mostró la inexactitud completa de su actuación en el Villamejor. Honrosa fue también la actuación de SILILLOS, y oportuna la monta de LA CACHUCHA, que al batir para el cuarto puesto a PIPO tuvo la recompensa a una paciencia que a otros muchos faltó. (ECLIPSE)

LA VOZ, lunes 27 de junio de 1932
El Gran Premio de Madrid, que se corre todos los años apenas llegados los primeros calores veraniegos, proporciona, lo mismo al aficionado que al que no lo es, un espectáculo de grato gusto, por las grandes bellezas que en él tienen acomodo. Porque no es sólo el hecho de ver saldar con sus propios ojos una temporada; es la emoción de la tarde, es la importancia de asistir a un acontecimiento, como se asiste a tantos otros, sea cual fuere su naturaleza; es también su cachet mundano, impreso con tintas imborrables: caras femeninas, trajes elegantes y olores caros. Y es la carrera, al fin, con su visualidad y el agridulce de una posible sorpresa...
Pero aquí, en Madrid, no es lo más importante la carrera. Se ve venir al ganador muchas fechas antes de celebrarse el acontecimiento. Todos los años sobre el verde cesped del hipódromo de ve llegar a la meta entre clamores de entusiasmo, vítores y aplausos, un representante del más ferviente mantenedor de la cría caballar en España. Esta es la sola razón para que la carrera en sí no tenga más que una importancia relativa en lo que respecta al ganador, aunque la tenga, y mucha, para sus adversarios. La célebre frase parece que fue ayer reaparece en todas las temporadas. Ese ayer que hace volver la vista atrás, recordando a NOUVEL AN (FR), el famoso crack; a COLINDRES, no menos famoso, y a la misma ATLANTIDA, también de ayer y de hoy, que lleva el mismo camino sembrado de triunfos, que ojalá sea interminable.
Hay que convenir que ayer no se puso muy bien la cosa para lograr la victoria. Las vicisitudes de la carrera crearon un interés que momentos antes no tenía. Surgió la zozobra de una sorpresa y el pavor de perder unas pesetas. Fué PANAMA el autor. No tenía chance alguna. Su eclipse total de forma lo alejaba por completo del lugar de honor. Pero hizo de animador del lote, escapándose desde la salida, poniendo un tren fantástico. En seguida el pelotón hubo de disgregarse alargándose cual un acordeón. Tras de PANAMA, y a alguna distancia, caminaban aprisa PROTEINE, OHIO, POLICHINELA, QUITAMANCHAS, ANDURIÑA, LA CACHUCHA, SORRENTO, MIAMI, PIPO, MERATE, SILILLOS y ATLANTIDA. En la curva de Madrid se inicia la caza de PANAMA, aumentando el paso sus perseguidores. La torda, solicitada por Jiménez, pasa como una flecha, abandonando la retaguardia para unirse al grupo de cabeza, todavia integrado por PANAMA, OHIO y POLICHINELA. Se entrega PANAMA, y es OHIO el que queda de director; luego es POLICHINELA, y al abordar la recta final, ATLANTIDA da la batalla, pasándola a la altura de la primera tribuna; SILILLOS surge de pronto por dentro y queda tercero; y LA CACHUCHA, también fuerte, se lleva el cuarto puesto. Otro año más de ATLANTIDA, la formidable yegua que mejor corre cuantos más metros son de carrera. PANAMA, con su galope desenfrenado, le ha hecho batir el récord de la distancia, dejándolo en dos minutos cuarenta segundos tres quintos. Victoriano Jiménez, su jinete, administró sabiamente sus facultades espléndidas para llegar a tal fin. (L. M. RIAZA)

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