jueves, 2 de diciembre de 2010

1924 6.ª edición del Gran Premio de Madrid

LIGHTFOOT DERROTA A RUBAN Y GANA EL GRAN PREMIO DE MADRID


RESULTADOS TÉCNICOS
Hipódromo de La Castellana
Domingo 15 de junio de 1924
Gran Premio de Madrid
Para caballos enteros y yeguas de tres años en adelante. Pesos: tres años, 48 kilos; cuatro años, 60 kilos; cinco años o más, 62 kilos. Recargo: 2 kilos al ganador de un premio de 35.000 pesetas. Descargos: 2 kilos al que no haya ganado un premio de 15.000 pesetas, y 5 kilos al que no haya ganado uno de 8.000 pesetas. Matrícula: 800 pesetas.
2.500 metros
50.000 ptas. - 7.000 ptas. - 3.000 ptas.
Copa donada por el Excelentísimo Ayuntamiento de Madrid
Terreno bueno
ORDEN DEFINITIVO DE LLEGADA
1.º LIGHTFOOT - 40 kilos - Winder - L. Flatman - Cuadra del conde de la Cimera
2.º RUBAN - 64 kilos - L. Lyne - Cuadra del duque de Toledo
3.º LUSIGNY - 50 kilos - Cooke - Cuadra del conde de la Cimera
4.º CANTON - 58 kilos - Fco. García - Cuadra del marqués de Amboage
5.º FURNACE - 57 kilos - J. Rodríguez - Cuadra del marqués de Amboage
6.º DORADILLE - 53 kilos - Higson - Cuadra del barón de Velasco
7.º OYARZUN - 54 kilos - Leforestier - Cuadra de don Francisco Cadenas
8.º ALLEXTON - 60 kilos - Belmonte - Cuadra del marqués de Aldama
Tiempo: 2' 43'' 4/5
Distancias: 1 ½ c., 3 c., 1 c.
Dividendos por duro apostado
Ganador: 12,50 - Colocados: 6,50 - 6 - 9,50

ABC, martes 27 de junio de 1924
Todo el interés estaba en el Gran Premio. Ello llevó al Hipódromo enorme concurrencia, viéndose en la tribuna regia a toda la Familia Real.
Tomaron la salida en este premio la yegua y el caballo del conde de la Cimera, manteniendo el puesto en toda la primera vuelta; detrás, casi en pelotón, FURNACE, DORAVILLE, RUBAN y OYARZUN. Al pasar por la puerta de Madrid, RUBAN (iba el quinto) comienza a ganar terreno, alcanzando a LIGHTFOOT en la vuelta del Canalillo. Entraron así en la recta final, sosteniendo una bonita lucha; pero ya frente a las tribunas vimos decaer al caballo del duque de Toledo, ya francamente batido.
La enorme diferencia de peso (64 kg. RUBAN, 40 kg. LIGHTFOOT) y la distancia decidieron la lucha. Del resto del lote poco cabe decir.

EL HERALDO DE MADRID, lunes 16 de junio de 1924
Con gran animación celebráronse ayer en la Castellana las carreras de caballos en las que se disputaba el Gran Premio de Madrid, que tanto interés despierta siempre por ser la prueba magna de la temporada.
Todos los pronósticos para esta prueba eran favorables a RUBAN, que acaba de triunfar de modo tan brillante en Aranjuez; pero en el momento de darse la salida, LUSIGNY se situó en cabeza y RUBAN se colocó en tercer lugar, y luego, puesto en cabeza en la curva, continuó así en parte de la recta final, consiguiendo Winder, que montaba a LIGHTFOOT, del conde de la Cimera, por un enérgico rush, ganarle una pequeña ventaja de cuerpo y medio y entrar el primero en la meta, después de una ovación unánime.
El Rey felicitó al conde de la Cimera, diciéndole:
-Ya te decía yo. ¡Son mucho veinticuatro kilos de diferencia entre las dos montas!.
Es de advertir que RUBAN iba cargado con 64 kilos, y LIGHTFOOT, solo con 40.
La carrera cumbre fue, pues, la del Gran Premio de Madrid, en la que Winder obtuvo como jockey, por su inteligentísima monta, un triunfo personal merecido e indiscutible.

EL IMPARCIAL, martes 17 de junio de 1924
Hermoso aspecto ofrecía el hipódromo de la Castellana en la jornada del domingo, la más interesante de la temporada. La familia Real honró la reunión con su presencia, y un público aristocrático y numerosísimo dió al hipódromo una animación inusitada.
Es la primera vez que un tres años triunfa en el Gran Premio de Madrid. Tan sólo ROMAN en 1920, y GRAN CAPITAN dos años después, consiguieron el segundo puesto.
Y ha sido el conde de la Cimera, el entusiasta e infatigable protector del deporte hípico, que ya había logrado triunfar con LIGHTFOOT en el premio Villamejor, quien ha conseguido con el mismo tres años vencer a RUBAN.
Después del clásico desfile de los ocho participantes, se dió una salida aceptable. LUSIGNY toma el mando, que pronto le arrebata CANTON. Le siguen LUSIGNY, LIGHTFOOT, RUBAN, ALLEXTON, DORADILLE, FURNACE. Cierra la marcha OYARZUN.
En la recta de enfrente, LIGHTFOOT se adelante seguida de su compañero de cuadra. Luego RUBAN.
En la curva de Chamartín, éste pasa a LUSIGNY. La lucha en la recta final tiene un momento de gran emoción cuando Lyne, enérgico, solicita al crack; pero LIGHTFOOT, favorecido por la ligereza del peso, sin olvidar la maestría de Winder, se despegaba frente a las tribunas para vencer netamente por cuerpo y medio. Luego entraba RUBAN, llevado al látigo, y a tres cuerpos LUSIGNY. CANTON terminaba cuarto, a un cuerpo. Luego DORADILLE y OYARZUN. Los últimos eran ALLEXTON y FURNACE.
No hay que decir el entusiasmo que produjo el triunfo de los colores del conde de la Cimera.

EL SOL, lunes 16 de junio de 1924
La jornada del Gran Premio madrileño resultó cual correspondía, la más brillante y concurrida de la temporada, y aunque las carreras que encuadraban la gran prueba no tuvieron excesivo realce e importancia, el interés de ésta bastó para dejar satisfecha a la afición.
Por primera vez desde su creación la carrera ha sido ganada por un tres años y por un nacional, precisamente en el año en que todos, incluyendo esta rúbrica, habíamos coincidido en calificar de mediocre la generación joven, viniendo el resultado a convencernos de que abusamos al estimarla así.
Después del desfile tradicional, los ocho concurrentes empezaron a alinearse a las órdenes del starter, cuando éste dió la salida, que si no fue buena, fue rápida.
LUSIGNY apuntó pronto en cabeza, pero el mando se lo quitó CANTON poco después venido desde atrás, ya que con OYARZUN había sido uno de los rezagados al partir. Al primer paso ante las tribunas el tren es excesivamente moderado, colocándose RUBAN y LIGHTFOOT en los lugares convenientes y no explicándose porqué otros no lo hicieron; en la curva de Madrid Belmonte que con ALLEXTON no tiene mucho que hacer se entretiene en echar fuera a DORADILLE y OYARZUN, de esta forma enfrente la situación empieza a esbozarse entre LIGHTFOOT, RUBAN y LUSIGNY; Lyne con el crack del duque de Toledo pudo creerse justificadamente dueño de la situación, pues al entrar en la recta final pareció un momento dominar a LIGHTFOOT, pero Winder sobre la potranca de Cimera conservaba recursos y cuando hizo sentir el peso a RUBAN, éste, aunque montado a látigo, no consiguió rehacer una pulgada de terreno, ganando en suma netamente la hija de LARRIKIN. El tercer puesto lo ocupaba LUSIGNY y el cuarto CANTON, seguidos del resto que no existía.
La victoria de la potranca criada por el conde de la Cimera, su propietario actual, que sigue a su triunfo en el premio Villamejor (doble evento que constituye un record), fue muy bien recibida, pues, aparte de otras razones, se trata del propietario y criador que mayor contingente sostiene en España, y que no regatea esfuerzos para hacerle triunfar.
El preparador Flatman ha sabido, no sólo conservar la forma de LIGHTFOOT, sino mejorarla para la gran prueba; y de su jockey, Winder, podemos, sin exageración, decir que es el mejor 40 kilos que hemos visto en España. la derrota del crack RUBAN, bajo una montaña de plomo, no es, en modo alguno, deshonrosa.

GRAN VIDA, junio de 1924
Y llegó el suspirado día 15, en que había de disputarse el Gran Premio de Madrid, dotado con 60.000 pesetas.
El tiempo se asoció a la alegría de la fiesta, y el Hipódromo se vió concurridísimo, ofreciendo un golpe de vista encantador la muchas y elegantes damas que llenaban el peso y las tribunas.
Para correr los 2.500 metros asignados este año al Gran Premio de Madrid, salieron a la pista los caballos siguientes: RUBAN, del duque de Toledo; LUSIGNY y LIGHTFOOT, del conde de la Cimera; DORADILLE, CANTON, OYARZUN, FURNACE y ALLEXTON.
Los aficionados comentaban en animados grupos el rasgo del conde de la Cimera, trayendo de París al gran jockey Winder, que en las carreras del jueves anterior había corrido sus pruebas de ensayo, ganando el Premio Vinicius sobre ALWAY FIRST, y el Premio Alburquerque montando a MA CHERIE.
Con estos antecedentes no es extraño que subiera por momentos el papel de LIGHTFOOT, aunque RUBAN, el famoso crack de la cuadra Real, tenía muchísimos partidarios.
Así, pues, la lucha presentaba vivo interés y las apuestas crecieron de modo extraordinario.
En la salida tomó el mando CANTON, seguido por los dos representantes de la cuadra Cimera y por RUBAN, del duque de Toledo; y en esta forma continuó la carrera hasta la recta final, en que RUBAN forzó el tren sin lograr distanciarse de LUSIGNY y de LIGHTFOOT. Frente a las tribunas Winder pidió el esfuerzo a este último, y en una magnífica arrancada logró pisar la meta con cuerpo y medio de ventaja sobre RUBAN, al que seguía LUSIGNY.
El momento de la llegada produjo viva emoción y un entusiasmo general que se exteriorizó en clamorosa ovación al conde de la Cimera, deportista ejemplar, al magnífico ejemplar de sus haras y al excelente jockey que conquistó la victoria con supermo acierto en la monta.

LA CORRESPONDENCIA DE ESPAÑA, lunes 16 de junio de 1924
Día de gran solemnidad ayer en el Hipódromo de la Castellana.
La celebración del Gran Premio de Madrid atrajo al público de los grandes acontecimientos, registrándose un lleno como no se veía desde hacía mucho tiempo. A presenciar la carrera acudieron SS. MM. los Reyes Don Alfonso y Doña Victoria, el Príncipe de Asturias, los Infantes D. Jaime y don Fernando y las Infantas doña Beatriz, doña Cristina y doña Isabel.
En el Gran Premio de Madrid, a más de los forfaits de 15 de abril y 3 de junio, se registra a última hora el de NORIALO, COMEDIEN y ALCAZAR, quedando en linea RUBAN (Lyne), ALLEXTON (Belmonte), LUSIGNY (Cooke), CANTON (García), FURNACE (Rodriguez), OYARZUN (Leforestier), DORADILLE (Higson) y LIGHTFOOT (Winder). Los favoritos son RUBAN y LIGHTFOOT, que llegan a agotar los boletos.
Dada la salida, forman pelotón hasta la recta, pasando ante las tribunas en este orden: FURNACE, CANTON, LIGHTFOOT, RUBAN, LUSIGNY, ALLEXTON, DORADILLE y OYARZUN. En la última curva, LIGHTFOOT se pone en cabeza seriamente, acosado por RUBAN, que se emplea a fondo, castigando Lyne al caballo tal vez con exageración, habiendo un momento en que todos creemos que es suyo el triunfo. Veinte metros antes de la meta, Winder obliga a su caballo, que se desprende fácilmente de RUBAN, cruzando primero la meta, en medio de una enorme ovación.
Winder, traído especialmente de París por el conde de la Cimera para montar el Gran Premio, se nos ha revelado como jockey admirable. De las cuatro veces que ha actuado en nuestro hipódromo, tres ha hecho triunfar a caballos que no eran favoritos. Parece ser que en vista de los resultados de ayer y del último jueves, durante la próxima temporada los colores de Cimera tendrán en él un peligroso defender.
En cuanto a la derrota de RUBAN, es fácilmente explicable su fracaso. Puesto en linea el excelente caballo con el máximo recargo (64 kilos), teniendo que competir con otro al que por dos rasgos sucesivos (nacional, yegua, premios, etc.), llevaba solamente 40 kilos, la lucha era casi un hándicap que la pericia del jockey había de decidir, y esta vez Lyne no estuvo afortunado. desde el comienzo de la recta final comenzó a castigar al caballo y, naturalmente, al llegar el momento en que un latigazo bien administrado (ejemplo de Winder) puede conseguir el triunfo, Lyne se encontró con que tenía agotado el recurso y RUBAN no le respondió como esperaba.

HERALDO DEPORTIVO, jueves 5 de julio de 1924
El sexto Gran Premio de Madrid (desde que la carrera tiene la forma actual), corrido el 15 de junio, ha sido ganado, por primera vez, por un producto nacional y por un tres años. Su distancia, que en sus primeros años fué de 2.500 metros, se redujo, después, en 100 metros, con objeto, precisamente, de aumentar la probabilidad de los productos jóvenes, ya bien tratados en las condiciones de peso. Sin embargo, a pesar de todo, los tres años seguían sin vencer en la gran prueba madrileña; y este año, casi cuando dejándolo ya por imposible se volvió a la distancia primitiva más larga, y cuando todos, por rara unanimidad, coincidíamos en estimar la generación de 1921 como más bien mediocre, ha sido, precisamente, un producto de ella el que ha establecido tres records: el de ser el primer tres años que la gana, el de ser el primer nacional y el de ser el primero que ha conseguido el doble de Premio Villamejor y Gran Premio de Madrid, si bien es cierto que esta hazaña no hubiera podido llevarse a cabo en años anteriores, ya que el Gran Premio se corría antes que el Premio Villamejor, y el ganador posible de aquél quedaba excluido de éste. ¿Debemos concluir por esto, que LIGHTFOOT y, como irremediable consecuencia, BOLIVAR y CHRYSEIS, clasificados, como sus inmediatos, entre los de la generación de 1921, son mejores que los correspondientes de las generaciones anteriores lo fueron? No nos atrevemos a afirmarlo, pues tenemos muchas pruebas de su clase moderada, contra una que nos la presenta superior. Ahora bien; este triunfo de LIGHTFOOT nos impone una reserva en el juicio pesimista, que en el curso del Verano y del Otoño podremos consolidar ó rectificar. LIGHTFOOT, con sus ganancias del año, se aproxima al record de sumas ganadas por un nacional, que hasta el día detenta ANTONIO; es una potranca ligera, armoniosa, aunque un poco larga y, en movimiento, especialmente, distinguida. Ha sido criada por su actual propietario el conde de la Cimera, en su yeguada modelo de Juenga; la preparación G. Flatman, que mantiene la ciencia y arte de su hermano William, puesta de relieve, en España, con los triunfos de MARMOUSET, y su diminuto jockey Winder se nos ha mostrado como un as de su categoría, es decir, como un peso pluma muy estimable. La carrera de LIGHTFOOT la condujo con mucha cabeza, y guardando las necesarias reservas para el fin, detalle en el que consistió buena parte de su triunfo. El crack RUBAN, que fué segundo en la prueba, daba a la ganadora 23 y 1/2 kilos, cifra bastante elocuente para que su carrera sea muy honrosa. También lo es la de LUSIGNY y CANTON, que, ocho días después, habían de ser los protagonistas del Premio Alfonso XII, pero venciendo el tordo del marqués de Amboage, esta vez, al hijo de AMADOU. Volviendo al Gran Premio, y entre los vencidos, que según las crónicas no estuvieron en ninguna parte, los hay que tienen sus excusas más ó menos justificativas. FURNACE, por ejemplo, se resintió de un menudillo, circunstancia que explica su carrera, pero que no aclara el motivo de que cuatro días más tarde se le hiciera correr nuevamente para quedar, claro está, en el último lugar. OYARZUN salió mal, y Belmonte, con ALLEXTON, se ocupó de ponerle fuera de carrera, en compañía de DORADILLE. Como interesados en el desarrollo de la cría nacional, la victoria de LIGHTFOOT nos complace en extremo. Con ocasión de ella, hay alguna marejada, nuevamente, respecto al descargo de que benefician los nacionales, y sobre la conveniencia de mantenerlo ó disminuirlo para permitir triunfar a algunos importados y, de esta forma, aumentar el contingente existente en España. El tema, tan interesante como delicado, merece ser estudiado y resuelto; hoy no nos atrevemos a abordarlo por exceder a los límites de esta crónica; tal vez más adelante tendremos la osadía de exponer nuestro punto de vista. (ECLIPSE)

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