COLINDRES, CON LOS COLORES DE GEORGES FLATMAN, GANA EL GRAN PREMIO DE MADRID
RESULTADOS TÉCNICOS
Hipódromo de La Castellana
Domingo 26 de junio de 1927
Gran Premio de Madrid
Para caballos y yeguas de tres años en adelante. Pesos: tres años 50 kilos; cuatro años, 59 kilos; cinco años o más, 61 kilos. Recargos: el ganador de un premio de 20.000 pesetas recargará 3 kilos; de varios de 20.000 pesetas o de uno de 35.000 pesetas, 5 kilos. Descargos: los caballos que no hayan ganado un premio de 8.000 pesetas descargarán, a tres años, 2 kilos; a cuatro años o más, 4 kilos. Matrícula: 800 pesetas.
2.500 metros
40.000 ptas. - 7.000 ptas. - 3.000 ptas.
Copa donada por el Excelentísimo Ayuntamiento de Madrid
Terreno bueno
ORDEN DEFINITIVO DE LLEGADA
1.º COLINDRES - 49 kilos - Belmonte - G. Flatman - Cuadra de don Georges Flatman
2.º MADEMOISELLE DE JUENGA - 44 kilos - J. Perelli - G- Flatman - Cuadra de don Georges Flatman
3.º BOLDI - 51 kilos - L. Lyne - Cuadra del duque de Toledo
4.º CENTAURE - 48 kilos - Carter - Cuadra del duque de Toledo
5.º TORIBIO - 60 kilos - Lewis - Cuadra del marqués del Llano de San Javier
6.º APA NOY - 60 kilos - Ripert - Cuadra del barón de Güell
7.º PINOCHO - 60 kilos - Méndez - Cuadra de don Francisco Jaquotot
8.º LA MAGDALENA - 58 kilos - A. Jiménez - G. Flatman - Cuadra de don Georges Flatman
9.º L'ENEO - 58 kilos - Higson - Haras de Velasco
10.º AS DE COEUR - 55 kilos - Rodríguez - Cuadra de la condesa de San Martín de Hoyos
11.º TEDDY BEAR - 53 kilos - J. Sánchez - Cuadra de don Eusebio Bertrand
12.º VIVA MI NIÑA - 49 kilos - J. García - Cuadra del marqués de Lacasta
Tiempo: 2' 45'' 2/5
Distancias: 4 c., 2 ½ c., 1 ½ c.
Dividendos por duro apostado
Ganador: 8,50 - Colocados: 8 - 9,50 - 10
ABC, martes 28 de junio de 1927
Tuvo su lógico desenlace la carrera del Gran Premio de Madrid. La cuadra Cimera ocupó el primero y segundo lugar en el orden de llegada. No hubo lucha: impuesto el tren por MADEMOISELLE DE JUENGA, había que amoldarse a él; VIVA MI NIÑA se mantuvo en carrera en la primera vuelta; al llegar a la puerta de Madrid, se acabó. Nos pareció encontrarla demasiado inquieta, nerviosa, algo fuera de la forma en que la vimos en sus anteriores pruebas; esta excitación tal vez le restara facultades. PINOCHO salió tan solo a cumplir con un caballeresco deseo de su propietario: el que hubiera un caballo militar en el Gran Premio; hizo lo que pudo. APA NOY, TORIBIO, AS DE COEUR y TEDDY BEAR dieron el rendimiento que pudieron; L'ENEO nada nos recordó de sus viejos y olvidados triunfos. Tenian algunos puesto el interés en la cuadra del duque de Toledo: BOLDI, tercero en la llegada, fue el tuerto de la tierra de ciegos, y CENTAURE nos confirmó su medianísima clase. No es para quedarse con él, máxime si se puede substituir por ejemplar mejor. Sólo los Cimera dieron la sensación de caballos concienzudamente puestos para tan gran prueba. Su presentación, que no puede ser de más vistosidad por lo que al cuidado habido en todo momento con el caballo se refiere; el tipo fino de lineas y bien musculado; el estado de salud, que les pone alegres, sin excitación; todo ello atrae ya las simpatías del aficionado, que aprecia cuán grande es la conciencia del criador. Luego entra la parte técnica, esa en la que Flatman ha probado ser maestro de maestros, sin alharacas, con modestia, trabajando con un entusiasmo y con una probidad y honradez dignas de los más grandes de los elogios; siempre atento al caballo, ocupándose y preocupándose de él, teniendo siempre uno preparado para cada premio importante... Esto se llama conciencia de preparador.
Salió MADEMOISELLE DE JUENGA, decía, por delante, imponiendo el tren; a honesta distancia, tercero, iba COLINDRES; los demás puestos era igual quien los llevase, máxime desde el fracaso de VIVA MI NIÑA; alguno había de entrar tercero.
En la recta final, MADEMOISELLE DE JUENGA cede el puesto a COLINDRES, que solicitado oportunísimamente por Belmonte, había respondido cumplidamente a la llamada, y en preciosa arrancada ganó la cabeza del pelotón, y sin que el jockey tuviera ya que volver a hacer nada, entra en la meta con un poder, con una gallardía verdaderamente extraordinarios. Detrás, a cuatro cuerpos, llega MADEMOISELLE DE JUENGA. Dudaba en mis pronósticos de si la distancia le iría a los Cimera.
Si COLINDRES corre el domingo 3.500 metros, saca 1.000 de ventaja al que menos de los otros, y se queda tan tranquilo como se quedó al terminar los 2.500.
El público hizo lo que nunca se vió. Invadir la pista para aclamar con sus calurosos aplausos al caballo vencedor; fue imponente la manifestación de entusiasmo ; desde la pista hasta el peso la ovación no cesó. Flatman estaba conmovido; lágrimas de emoción empañaban sus ojos. Sí, señor conde de la Cimera; esta manifestación unánime fue el modo con que pudo pagar la afición los desvelos, los trabajos, los sacrificios, la conciencia y la maestría de una afición hípica. El conde de la Cimera es criador como usted y de un preparador como Flatman.
Señor Presidente del Consejo de Ministros. Usted, mi general, que es un entusiasta aficionado a toda manifestación del deporte, acogerá con benevolencia la petición que voy a hacerle en nombre de toda merecedor que se le otorgue la cruz de Alfonso XII. ¿Méritos? El conde de la Cimera, sin titubeos, con entusiasmo, sacrificando sumas de considerable cuantía, ha conseguido poner en España la cría del caballo de carreras a tan alto nivel, a tan honrosa altura como pueda estarlo el más acreditado haras de Inglaterra o Francia.
Esto -no realizado hasta ahora de tal manera- redunda en crédito para nuestra industria; patriótica ha sido la labor realizada por el ilustre criador. ¡Cuán justificada está la recompensa! Esa recompensa, puramente de orden moral, que vale muchas veces más -y en este caso, sin duda alguna- que todas las materiales.
Señor general Primo de Rivera: un deportista, interpretando el sentir de los deportistas, se lo pide a quien es un gran deportista.
Hubo entusiasmo, mucho público, muchísima chica guapa, música y baile.
Asistieron al Hipódromo S. M. la Reina doña Victoria, los infantes don Jaime, doña Beatriz, doña Cristina, doña Isabel, don Fernando, doña Luisa y doña María Luisa. (RUBRYCK)
GRAN VIDA, viernes 1 de julio de 1927
El día 26 de junio culminó el interés de la temporada hípica con el Gran Premio de Madrid, cuya dotación de 50.000 pesetas, 40.000 al primero, 7.000 al segundo y 3.000 al tercero, es la más importante de cuantas en la actualidad se ofrecen en los programas de los hipódromos españoles, y puede codearse, si se traduce en francos, con los de algunos grandes premios de la nación vecina. Si nuestra Sociedad de carreras hubiera tomado en consideración la idea apuntada en estas páginas y hubiese invitado al comercio madrileño para colaborar en la dotación del Gran Premio de Madrid, quizás hubiera llegado ya a las 100.000 pesetas, base para darle carácter internacional. Diremos ante todo que el público respondió a la solemnidad del día, llenando el peso y el circuito, y que los aficionados a las apuestas mutuas proporcionaron brillante contribución a los ingresos de la Sociedad. Para disputarse el Gran Premio salieron a la pista y desfilaron ante la tribuna de comisarios doce caballos, todos ellos de excelente clase y entre los cuales figuraban los ases de nuestras primeras cuadras. Fueron éstos: COLINDRES, MADEMOISELLE DE JUENGA y LA MAGDALENA, de la cuadra Cimera, que corre a nombre del preparador Flatman; BOLDI y CENTAURE, de la cuadra Real; APA NOY, del barón de Güell; TORIBIO, del marqués del Llano de San Javier; PINOCHO, de Jacotot; L'ENEO, de Velasco; AS DE COEUR, de la condesa de San Martín de Hoyos; TEDDY BEAR, de Bertrand, y VIVA MI NIÑA, de Lacosta. La salida del pelotón tuvo el mérito de la brevedad. Partieron en cabeza los tres Cimera, seguidos por L'ENEO, PINOCHO, TORIBIO y VIVA MI NIÑA. Al pasar por delante de las tribunas, CENTAURE y BOLDI toman posiciones con el intento de batir a la cuadra competidora; pero COLINDRES y MADEMOISELLE DE JUENGA mantienen la superioridad y entran en la recta final, dando al público la sensación de su victoria, que no consiguen disputarle los caballos del duque de Toledo BOLDI y CENTAURE, tercero y cuarto a la llegada. Belmonte, que montaba al vencedor, escuchó una gran ovación, de la que participó Perelli en justo tributo a la excelente monta de MADEMOISELLE DE JUENGA.
LA EPOCA, lunes 27 de junio de 1927
Ayer era el gran día para los aficionados a la hípica. Se corría el premio más prestigioso de la reunión, todos los años esperado con interés, por constituir para los aficionados a las carreras la prueba más interesante y para los indiferentes, el día que en el Hipódromo de la Castellana se reune una concurrencia grandísima y, en especial, selecta y elegante. Por esto el coquetón Hipódromo madrileño ofrecía ayer hermoso aspecto. La carrera cúspide del programa de ayer se corrió en medio de una gran emoción. Además de BOLIVAR y MON GENERAL, que anunciamos el sábado no correrían, se retiró GUARNIZO. Al darse la salida ocuparon la cabeza los tres de Cimera, capitaneados por MADEMOISELLE DE JUENGA. A continuación de LA MAGDALENA, que es el tercero, va L'ENEO y TORIBIO. En seguida se une a ellos TEDDY BEAR, luego VIVA MI NIÑA, los dos representantes regios; APA NOY, PINOCHO y AS DE COEUR. Cuando pasan la meta en la primera vuelta ocupan los dos primeros lugares MADEMOISELLE DE JUENGA y LA MAGDALENA, seguidos por TEDDY BEAR, que en la puerta de Madrid pierde su puesto. En la recta de enfrente se destacan los tres caballos de la cuadra Cimera, que cómodamente ocupan la cabeza. VIVA MI NIÑA es solicitada sin rendimiento. Ya en la última recta, COLINDRES pasa a MADEMOISELLE DE JUENGA, y los dos defensores de los colores del Duque de Toledo se colocan entre ella y LA MAGDALENA. El resultado de la carrera fue acogido con grandes ovaciones. El verdadero ganador fue Perelli con MADEMOISELLE DE JUENGA, que marcó el tren toda la carrera, dejando pasar a la primera monta. VIVA MI NIÑA, que era uno de los favoritos, no hizo nada por la velocidad a que salió. CENTAURE corrió bien, no colocandose por ser ya tercero su compañero de cuadra, BOLDI, que con un cómodo peso y su gran monta, de haber salido algo mejor, hubiera opuesto tenaz resistencia.
LA VOZ, lunes 27 de junio de 1927
Ayer tarde se corrió en el Hipódromo de la Castellana el Gran Premio de Madrid, la prueba más importante del calendario hípico madrileño. Dada la salida en regulares condiciones, MADEMOISELLE DE JUENGA y APA NOY toman el mando a fuerte tren, seguidos de TORIBIO, COLINDRES, TEDDY BEAR, PINOCHO, LA MAGDALENA, VIVA MI NIÑA, L'ENEO, CENTAURE, BOLDI y AS DE COEUR. Por las tribunas, TEDDY BEAR acompaña en el mando a los dos leaders, para desaparecer poco después en la recta de enfrente, donde BOLDI y VIVA MI NIÑA ganan puestos, y APA NOY, PINOCHO y TORIBIO no pueden seguir a los representantes de Flatman, destacados en cabeza. En la recta final aún se destacan más, y entran ambos con absoluta facilidad, precediendo a BOLDI Y y CENTAURE, representantes de la cuadra del duque de Toledo. Al igual que el premio de Villamejor, no tuvo la cuadra ganadora ninguna dificultad para obtener el Gran Premio. Llevaron el tren que más les convino, impuesto por MADEMOISELLE DE JUENGA, obligando a VIVA MI NIÑA a gastar sus energías, no pudiendo desplegar sus grandes trancos en la recta final por llegar agotada. BOLDI y CENTAURE corrieron bien, teniendo la disculpa de que salieron en malas condiciones, en particular BOLDI. Belmonte y Perelli fueron ovacionados con entusiasmo y muy felicitados por sus montas. (L. M. R.)
HERALDO DEPORTIVO, martes 5 de julio de 1927
Se han corrido el Gran Premio de Madrid y el Grand Prix de París el mismo día, y estos dos acontecimientos deportivos absorben todo el interés, quedando a su lado insignificantes las incidencias de las pruebas pequeñas, sobre el triple accidente que señaló trágicamente el Premio Los Caireles, motivado al caer MON GENERAL con Leforestier, a la entrada de la recta final, y arrastrando en su caída a OURKI con Romera y a ORACLE con el Sr. Ponce de León. Las consecuencias, que pudieron temerse muy graves, no lo han sido por fortuna tanto, y salvo Leforestier, cuyo estado es aún de algún cuidado, los demás perjudicados salieron de él bien librados, si es que se piensa lo que pudo ocurrir. Este accidente debió modificar el resultado de la carrera en que se produjo, pues los tres caídos atacaban muy fuertes en aquel momento, y ORACLE, que era el de menos calidad mostrada hasta entonces, ha ganado después, probando una buena forma. También trajo consigo un cambio imprevisto de montas en el Gran Premio, para los dos BRUNOR contemporáneos TORIBIO y PINOCHO, quedando la duda sobre si hubieran podido mejorar sus actuaciones en circunstancias normales. Pero volvamos a nuestro Gran Premio, y pongamos a la altura que merecen a COLINDRES, el vencedor, y a MADEMOISELLE DE JUENGA, su segunda, y compañera de cuadra. Y no consentimos en separar a uno de otro, pues la performance de la hija de NORDRE, menos importante que el potro, pero con indudable calidad, es igualmente meritoria y si en el año y en la cuadra no hubiera existido un COLINDRES, todo el incienso que para éste se viene quemando le hubiera correspondido en toda justicia a la potrilla, que es, dentro de su modelo reducido, considerablemente más distinguida que el hijo de PANIER FLEURI (FR), más bien común y tosco. La enseñanza que se desprende del Gran Premio y de la gran temporada que toca a su fin es, del lado deportivo, un triunfo aplastante, definitivo, de la yeguada del conde de la Cimera, su GUARNIZO, y que este año más que nunca ha establecido su supremacía. Con la excepción del Gran Premio de Barcelona (el menos grande de los grandes premios), en el que APA NOY batió precisamente a GUARNIZO, todas las pruebas importantes han ido a parar a manos de productos de Juenga, y todos, salvo CELAYA, que llevaba los colores de Llano, acrecieron la serie de victorias de la cuadra Cimera. En muchas de esas grandes carreras tomaron los potros de esa finca los tres primeros puestos (Premio Villamejor, Gran Premio Nacional, Premio Eclipse), en otros los dos (Gran Premio, etc.), en suma un verdadero copo. La labor que Cimera emprendió hace unos años ha ido mejorando sus frutos de generación en generación y ha culminado en ésta, premiando asi su afición, su inteligente gestión, sus aciertos y sus dispendios, participando en el triunfo muy merecidamente el señor Amor, que es una autoridad en cuestiones de cría del pura sangre, aquí y fuera de aquí; el excelente preparador Flatman, cuya escuela tiene de quién tener, y cuyo mérito más saliente entre los muchos que en su arte posee es el de utilizar mucho rompiendo poco; y los jockeys de la Casa, Belmonte y Perelli. El año, en lo que ha transcurrido, podría calificarse del Año Juenga, si es que el próximo no apuntase como una repetición, al ver una parte de su generación joven. De los 170 ó 180 caballos de pura sangre que se preparan en España (cifra no superada, salvo en los años de la guerra), hay unos cuarenta que proceden de la finca de Juenga, muchos repartidos en cuadras diversas. Esta aportación es una positiva riqueza que el conde de la Cimera ha traído al turf y al beneficio de la cría española. Para probar lo imparcial de nuestros elogios, reconozcamos que a sus muchos aciertos suma, por otra parte, la falta de competidores. Por unas u otras causas no hay actualmente en el país una yeguada tan numerosa, de una producción media útil, que pueda comparársele, y en cuanto a la cuadra de carreras ninguna tiene un contingente tan surtido y bien dispuesto. Si entre los restantes criadores españoles algunos quisieran (ya que poder son muchos los que pueden) emular la labor, la cría y el turf saldrían magníficamente beneficiados. El sistema está bien trazado y demuestra que si en una cuadra de carreras puede en ocasiones existir mala suerte, no es la suerte ante todo la que domina ni mucho menos. Con esplendidez, con inteligente dirección, con afición y con entusiasmo se logran esos resultados. Nada tan consolador, tan lógico y tan merecido. Ahora bien; pongamos las cosas en su punto: el trío PENAGOS-COLINDRES-MADEMOISELLE DE JUENGA, o el cuatror que completara CELAYA, son de lo mejor que se ha criado en España, y en la campaña de 1927 se ha puesto bien a prueba el temple de los LARRIKIN (FR) (en los que muchos dudábamos hubiera sucesor suficiente de BILLYCOCK); son caballos de acero y marcan una superioridad media notable, pero no por eso creamos (no lo creen los aficionados sensatos) que tenemos un crack absoluto ni una generación que pudiera competir con los ases de fuera. Ahora van a Francia los tres citados. Allí probarán su valor, para nosotros positivo, si se les hace correr en la clase que allí les corresponda, pero que lógicamente no es ni puede ser la primera. Llevan en su viaje el deseo ferviente de los turfmen españoles de que dejen en buen lugar la cría nacional. (ECLIPSE)
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