sábado, 1 de enero de 2011

1928 10.ª edición del Gran Premio de Madrid

COLINDRES, GANA POR SEGUNDA VEZ EL GRAN PREMIO DE MADRID


RESULTADOS TÉCNICOS
Hipódromo de La Castellana
Domingo 24 de junio de 1928
Gran Premio de Madrid
Para caballos y yeguas de tres años en adelante. Pesos: tres años, 50 kilos; cuatro años, 59 kilos; cinco años o más, 61 kilos. Recargos: el ganador de un premio de 20.000 pesetas recargará 3 kilos; de varios de 20.000 pesetas o de uno de 35.000 pesetas, 5 kilos. Descargos: los caballos que no hayan ganado un premio de 8.000 pesetas, descargarán: a tres años, 2 kilos; a cuatro años o más, 4 kilos. Matrícula: 800 pesetas.
2.500 metros
40.000 ptas. - 7.000 ptas. - 3.000 ptas.
Copa donada por el Excelentísimo Ayuntamiento de Madrid
Terreno bueno
ORDEN DEFINITIVO DE LLEGADA
1.º COLINDRES - 60 kilos - Belmonte - G. Flatman - Cuadra del conde de la Cimera
2.º CENTAURE - 55 kilos - L. Lyne - N. de Neuter - Cuadra del duque de Toledo
3.º AVANTI - 51 kilos - Leforestier - Haras de Velasco
4.º ORFEO - 50 kilos - Carter - Cuadra del conde de la Cimera
5.º MADEMOISELLE DE JUENGA - 53 kilos - A. Jiménez - Cuadra del conde de la Cimera
6.º L'ENEO - 60 kilos - Sánchez - Haras de Velasco
7.º GO AND WIN - 57 kilos - A. Díez - Cuadra del Séptimo Regimiento Ligero de Artillería
8.º TEDDY BEAR - 53 kilos - Lewis - Cuadra de don Eusebio Bertrand
9.º AXDIR - 46,5 kilos - J. Perelli - Cuadra de don Eusebio Bertrand
Tiempo: 2' 41'' 4/5
Distancias: cuello, 3 c., 1 ½ c.
Dividendos por duro apostado
Ganador: 7,50 - Colocados: 8 - 7 - 13

ABC, martes 26 de junio de 1928
Todo tiene su anverso y su reverso; desde lo más sutil e insignificante hasta lo más abstracto y sublime de las cosas. Cobra buena fama y échate a dormir, nos enseña la cazurra filosofía del vulgo. No era, pues, de extrañar que, fuera de algunos pocos entendidos en estas cuestiones que a carreras de caballos se refieren, la masa, prescindiendo del excelente peso adjudicado a CENTAURE en el Gran Premio, insistentemente señalara como favoritos en la gran prueba a los caballos de la cuadra del conde de la Cimera. ¿Tenía razones para ello? Quizá la más poderosa, una de índole puramente emotiva, cuyo fundamento estriba en la persistente campaña que viene haciendo esta cuadra, cosechadora de constantes y brillantísimos triunfos; en la conciencia del propietario, deportista sin mácula; en el perfecto estado de condición a que lleva los caballos su preparador.
Y, sin embargo, serenamente estudiado el campo, CENTAURE, a 55 kilos era el que daba más probabilidades para el éxito, y bien lo evidenció el desarrollo de la prueba, cuyo resultado, a nuestro modesto entender, debió haber sido el triunfo de este hermoso ejemplar de la cuadra del duque de Toledo.
Fueron retirados de la prueba DON BRUNO, CHARLESTÓN, LAS FRAGUAS, MAURIAC, SALVADORA y MANCHETTE; el resto, hasta nueve, colocóse en el poste de salida.
Dada la señal de partir, AXDIR toma el mando; los Cimera escalándose en estrátegicos puestos, y CENTAURE va casi en el medio del pelotón; la primera impresión es la del triunfo de la cuadra Cimera. En la curva del Canalillo empieza a cambiar la decoración, y se ve a COLINDRES pasar a la cabeza, ya seguido de cerca por CENTAURE; al tomar la entrada de la recta, el hijo de BRABANT se coloca al nivel de COLINDRES, y desde allí se desarrolla la más bonita y emocionante lucha que se ha presenciado en el Hipódromo. Sucediéndose a cada momento las pequeñas ventajas entre uno y otro de los caballos, llegan frente a la tribuna real, donde CENTAURE, en preciosos trancos, da el esfuerzo último y logra adelantarse a su competidor; la lucha, enconada y durísima, ya no es entre caballos, entre estos, COLINDRES estaba batido; era entre los jockeys, que ponian todo el empeño de su alma en el último empuje que diera a su monta el triunfo. Al pasar frente a donde nos hallábamos nosotros (comienzo de la última tribuna), CENTAURE era el ganador. Pero... ¡la fatalidad intervino! La fatalidad, para venir (aunque tarde y con daño) a darnos la razón plena en aquella apreciación que alguna vez hicimos y que tal repulsa nos valió del inteligente cronista Spectator: ¡la suerte sobre todo! Mala suerte fue ésta que tuvo el duque de Toledo en el Gran Premio, innegable fatalidad, contra la que se estrelló una victoria ya descontada. Fue un detalle casi insignificante el que decidió todo: Lyne, en lucha desesperada, tiene necesidad de emplear la mano izquierda para castigar; al cambiar el látigo, suelta un poco las riendas, y CENTAURE pierde el apoyo, que recobra inmediatamente, pero para darle a COLINDRES ese momentaneo respiro en el que estribó el cuello sacado en la meta.
A fe de imparciales, hemos de consignar que la monta dada por Lyne a CENTAURE hasta ese fatídico momento a que nos referíamos, no es posible ser mejorada ni por el más renombrado as de los Hipódromos. Le condujo con habilidad, con suma maestría, con cabeza, sin dejarse embarullar, ni cortar, ni encerrar; montando a tiempo para situarse convenientemente, atacando en el justo momento... Mereció ganar, como mereció el laurel del triunfo el hermoso ejemplar cuya monta se le confió.
Señor de Neuter: con estos caballos, como CENTAURE, ya se puede hablar en voz alta de cuadra de carreras. Pero no basta con uno. La unidad seguida de ceros dará cantidad; calidad, no. la cuadra hay que remozarla; la vida, en su expresión de alegría, de bullicio, de placentero encanto, de luchas y de triunfo, la da la juventud, todo nervio y acción. Lo viejo (lo sabemos por propia experiencia) lleva consigo el franco declinar de energías, que cristalizan en fracasos. ¡La juventud, la dorada primavera de la vida, la inagotable fuente de lo bello! Hay que prescindir de lo viejo: no todos tienen la vocación de Fausto.
Y ya que hemos rendido el tributo debido a Lyne y a De Neuter, merecedores de los más grandes encomios, siquiera sea por esa enorme buena voluntad con que trabajaron por alcanzar el éxito, felicitaremos una vez más al conde de la Cimera y a su preparador Flatman, por la nueva y brillante victoria alcanzada. Sin olvidarnos de la cuadra Velasco, que, con AVANTI, contribuyó a realzar como merecía la importancia de una prueba como ésta del Gran Premio de Madrid.
Y, cosa curiosa: una carrera que parecía no tener color, resultó de lo más bonito e interesante que se ha visto.
La concurrencia fue enorme, y, desde luego, quedó complacida de la parte deportiva del programa.
En el palco real estuvieron SS. MM. los reyes don Alfonso y doña Victoria, los infantes don Juan, don Gonzalo, doña Beatriz y doña Cristina, la infanta doña Luisa y el infante don Alfonso de Orleáns. (RUBRYCK)

EL SIGLO FUTURO, lunes 25 de junio de 1928
Gran día fue el de ayer para el turf madrileño. La jornada celebrada en el Hipódromo de la Castellana fue una de las más interesantes que se han visto y, desde luego, la más emocionante del año. Por el número de caballos inscritos y la clase de los mismos, las competiciones fueron brillantísimas. En la carrera del Gran Premio de Madrid, que era la de mayor expectación, COLINDRES triunfó brillante, pero difícilmente. Su temible adversario fue CENTAURE, con quien sostuvo una lucha durísima.
Comenzó la carrera marcando MADEMOISELLE DE JUENGA un tren fortísimo. Al pasar frente a las tribunas, en la primera vuelta, CENTAURE bien colocado entre el grupo, esperaba como COLINDRES el momento decisivo para dar su máximo rendimiento. En la curva de Chamartín COLINDRES fue mejorando su posición, y poco después, en la recta, en un magnífico esfuerzo, quedaron destacados los dos adversarios que habían de representar los principales papeles en esta emocionante carrera.
Los dos caballo juntos, con ligerísima ventaja de COLINDRES, se lanzaron hacia la meta como una exhalación. Unos segundos de lucha durísima, y COLINDRES, por media cabeza, batió a su temible rival.
De entre el grupo, en el que MADEMOISELLE DE JUENGA y ORFEO se disputaban el tercer puesto, surgió AVANTI, que en un esfuerzo final magnífico pasó la meta en el tercer lugar, batiendo a los dos representantes de la cuadra Cimera.
Belmonte hizo una excelente carrera. Supo lanzarse en el momento hacia el triunfo, y resultó vencedor por su gran decisión, confirmando una vez más su gran clase. Lyne hizo una carrera digna de quien tantas veces ha demostrado magníficas condiciones. Leforestier triunfó al obtener el tercer lugar con AVANTI, delante de adversarios como ORFEO y MADEMOISELLE DE JUENGA. (F. D.)

EL SOL, martes 26 de junio de 1928
Previo el desfile tradicional se dió la salida de la Gran Prueba a sus nueve concurrentes en condiciones aceptables, alternando en el mando del pelotón MADEMOISELLE DE JUENGA y AXDIR, sin sensibles variaciones hasta abordar la última curva, en que los tres Cimeras iniciaron un ataque, seguidos de CENTAURE. En la recta final COLINDRES y CENTAURE quedaron solos en lucha, que se desarrolló con emoción intensa hasta la misma meta, en la que el crack logró mantener un cuello de ventaja. Así, el gran producto nacional inscribió a su favor el segundo Gran Premio de Madrid, siguiendo los pasos de NOUVEL AN (FR). COLINDRES llevaba todos los recargos, y su victoria es una nueva y franca confirmación de su indudable clase. Con todo, la performance de CENTAURE es execelente. AVANTI vino al fin a tomar el tercer puesto, sobre ORFEO, que en cierto modo decepcionó, aunque, volvió a batir a L'ENEO y a su contemporáneo AXDIR. (ECLIPSE)

GRAN VIDA, domingo 1 de julio de 1928
Fue el 24 el día más solemne de la temporada por correrse el Gran Premio de Madrid, dotado con 50.000 pesetas. De los quince participantes inscritos tomaron la salida doce, haciendo previamente el desfile por la pista: COLINDRES, MADEMOISELLE DE JUENGA y ORFEO, de la Cuadra Cimera; L'ENEO y AVANTI, de Velasco; GO AND WIN, del Séptimo Ligero; CENTAURE y MAURIAC, del Duque de Toledo; TEDDY BEAR, de Rivera; AXDIR, SALVADORA y MANCHETTE. En la segunda vuelta comenzó a destacarse COLINDRES, pero CENTAURE logró inquietarle seriamente, y sólo por un cuello consiguió COLINDRES la victoria, llegando en tercer lugar AVANTI, y distanciando el resto del pelotón. El tiempo invertido en los 2.500 metros fué de 2 m. 41 s. 4/5, cuatro segundos menos que en 1927.
COLINDRES ha ganado por segunda vez el Gran Premio de Madrid, y aunque estimamos sinceramente que Belmonte pudo mejorar su monta, felicitamos por la victoria al propietario y al preparador.

HERALDO DE MADRID, lunes 25 de junio de 1928
Si en el Hipódromo de la Castellana se ha de correr un Gran Premio y han de salir a la pista los pupilos de Cimera, no se duda en hacerlos favoritos. Premio tras premio, todos son para ellos, y así, hemos de ver a los demás participantes sucumbir ante tan tremendo enemigo.
Ayer nadie dudaba de la nueva victoria. COLINDRES no era precisamente el preferido entre los tres compañeros; su mucho peso le restaba bastantes posibilidades; cediendo 16 kilos a AXDIR, que en muchas ocasiones demostró ser un buen elemento, y cinco a CENTAURE, que de día en día acredita su origen, no podía confiarse mucho en él; pero he aquí que mientras AXDIR, ORFEO, MADEMOISELLE DE JUENGA y los demás participantes fracasaban, COLINDRES, CENTAURE y AVANTI conseguían los tres primeros puestos. El triunfo de Cimera fue un verdadero esfuerzo del jockey Belmonte, que, defendiendo enérgicamente los colores del propietario, supo conducir con admirable maestría al gran crack, como ha demostrado serlo, que montaba.
Lo mismo ORFEO que MADEMOISELLE DE JUENGA hicieron bien poco en el recorrido; tras marcar el tren en algunas ocasiones, fallaron en la recta, no respondiendo a los esfuerzos de sus respectivos jinetes.
Respecto a CENTAURE hemos de decir que hizo ayer tarde una de sus mejores performances, logrando poner en gran peligro al ganador, que tan sólo por un cuello lo derrotó.
En cuanto a AVANTI, hizo demasiado colocandose en tercer lugar, dada la clase de sus enemigos.
Nuevamente un Gran Premio pasa a Cimera. ¡40.000 pesetas!...
Ciudadano había que de buena gana de hubiera lanzado a la pista. (ZEURGIDOR)

HERALDO DEPORTIVO, jueves 5 de julio de 1928
En el turf presenciamos, en la decena, la prueba más importante del programa madrileño. Nuestro Gran Premio fué ganado, por segunda vez, por COLINDRES, que contra todos los recargos, sólo beneficiaba de los 4 kilos de nacional. No ganó sin lucha, pues a 10 libras, su contemporáneo CENTAURE le opuso hasta el fin la más tenaz resistencia; pero los dos fueron sembrando por el camino al numeroso lote del que sólo surgió AVANTI, la mejor colocada en el peso y probablemente la mejor montada, a ocupar el tercer lugar. En 1928, como en 1927, al ganar el mismo caballo nacional, el triunfo ha ido a igual propietario criador, igual preparador e igual jockey. Nuestra felicitación a todos, que bien la merecen, no sólo por el trofeo en cuestión, sino por el conjunto de su labor. Si para alguno de ellos hubiéramos de regatear el encomio, sería tal vez para el jockey Belmonte, que oportuno en la elección de monta y en la táctica durante el recorrido, tuvo un final tan enérgico como, a nuestro entender, desordenado. ORFEO no mostró su mejor forma, tal vez porque en el día no la mostrara, o tal vez porque el tren rápido, pero no exagerado, dejó a los ganadores terminar con una punta de velocidad, de la que él, caballo de fondo, parece carecer. (ECLIPSE)

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