EL CABALLO JATIVA (FR), DEL MARQUES DE VALDERAS, GANA EL GRAN PREMIO DE MADRID
RESULTADOS TÉCNICOS
Hipódromo de La Castellana
Domingo 29 de junio de 1930
Gran Premio de Madrid
Para caballos y yeguas de tres años en adelante. Pesos: tres años, 50 kilos; cuatro años, 59 kilos; cinco años o más, 61 kilos. Recargos: el ganador de un premio de 20.000 pesetas recargará 3 kilos; de varios de 20.000 pesetas o de uno de 35.000 pesetas, 5 kilos. Descargos: los caballos que no hayan ganado un premio de 8.000 pesetas descargarán: a tres años, 2 kilos; a cuatro años o más, 4 kilos. Matrícula: 800 pesetas.
2.500 metros
40.000 ptas. - 7.000 ptas. - 3.000 ptas.
Copa donada por el Excelentísimo Ayuntamiento de Madrid
Terreno bueno
ORDEN DEFINITIVO DE LLEGADA
1.º JATIVA (FR) - 48 kilos - J. Perelli - V. Pueyo - Cuadra del marqués de Valderas
2.º ATLANTIDA - 58 kilos - V. Jiménez - Cuadra del conde de la Cimera
3.º DUENDE - 53 kilos - Leforestier - Cuadra del conde de Montelirios
4.º FRASCATI - 51 kilos - L. Belmonte - Cuadra del conde de la Cimera
5.º FLORIDOR - 61kilos - L. Lyne - Cuadra del duque de Toledo
6.º NEZ DE FURET - 59 kilos - E. Romera - Cuadra de las señoritas de Carrión
7.º BRISEMONT - 55 kilos - J. Sánchez - Cuadra Mata-Lasheras
8.º MONTECASINO - 49 kilos - Méndez - Cuadra del conde de la Cimera
Tiempo: 2' 45'' 1/5
Distancias: 2 c., 2 c., ½ c.
Dividendos por duro apostado
Ganador: 16,50 - Colocados: 6,50 - 7 - 7
ARTICULOS PUBLICADOS POR LAS REVISTAS Y PERIODICOS DE LA EPOCA
ABC, martes 1 de julio de 1930
La reunión más solemne del programa, el Gran Premio de Madrid, celebrada el domingo, tuvo los honores debidos a la importancia del acto. El público llenó las dos entradas, y el palco regio estuvo ocupado por S. M. la Reina, las infantas doña Beatriz y doña Cristina, el infante don Fernando con sus hijos y los infantes don Alfonso y doña Beatriz.
La incertidumbre entre los aficionados sobre el seguro ganador era grande; la cuadra Cimera, JATIVA (FR) y DUENDE, tenía sus decididos partidarios. No faltaba el humorista que se acordara de FLORIDOR. Sólo descansaban en el panteón del olvido el valeroso NEZ DE FURET y el intrépido BRISEMONT. Estos fueron los encargados de atraer a los buscadores de oro, a los que confían la ganancia al despiste o a la caída de los otros caballos. Que casos se dan. Hecho el triunfal paseo de los participantes, y dado el obligado canter, llegan los ocho en correcta línea ante la autoridad del juez de salida, que aprovecha la ocasión para ordenar la partida. Arrancan bien, y FRASCATI, seguido de NEZ DE FURET, marca el tren, que no es a gran marcha. JATIVA (FR) sigue la velocidad marcada por DUENDE, y en último lugar, algo retrasados, MONTECASINO y ATLANTIDA. Sin variación de importancia hacen toda la recta del peso, y ya en la puerta de Madrid, Jiménez se ve obligado a solicitar enérgicamente a la yegua, que responde de espléndida manera; así logra colocarla en cabeza, ya en lucha con JATIVA (FR) y DUENDE, y al entrar en la recta final, el duelo lo mantienen JATIVA (FR) y ATLANTIDA; frente a la tribuna real se unen los dos; pero bastó a Perelli un pequeño movimiento de manos para que JATIVA (FR), en unos cuantos trancos, se destacara de su competidora y llegara a la meta con la ventaja de dos cuerpos. A otros dos cuerpos de ATLANTIDA entró DUENDE.
El entusiasmo que produjo en el público, tanto la hermosa lucha sostenida, cuanto la brillantísima manera de cómo triunfó el ganador, fue enorme. El marqués de Valderas recibió una cariñosa ovación por tan merecida victoria; se aclamó con justicia al gran Valero Pueyo, al que se debe el triunfo de JATIVA (FR), y fue aplaudidísimo Perelli por la maestra monta que supo dar al caballo. La carrera satisfizo a la afición, que vió lucha entre ejemplares de verdadera valía.
Fue equivocada la monta de los Cimera. Desde luego creemos que ATLANTIDA estuvo más de media carrera demasiado retrasada, máxime teniendo en cuenta la importancia de los enemigos. Y así, si respondió de brillante modo al esfuerzo que se le pidió, algo prematuramente, en la puerta de Madrid, quizá fuera a costa de no dar el esperado rendimiento en los momentos críticos; atacó bien, pero el caballo, que es un soberbio ejemplar, estaba más fresco y pudo responder mejor a la extrema solicitación.
Por otra parte, ni MONTECASINO ni FRASCATI supieron imponer el fuerte tren capaz de forzar al caballo de Valderas, muy bien colocado detrás de DUENDE, que le hizo la carrera hasta el momento en que tuvo que emplearse a fondo.
Todo esto son conjeturas nada más; pues la realidad no es otra que, dada la espléndida forma en que JATIVA (FR) se presentó, era muy seguro su triunfo.
En resumen, una magna fiesta deportiva. lo merecía la afición. (RUBRYCK)
EL IMPARCIAL, martes 1 de julio de 1930
Para presenciar la prueba más clásica del hipísmo español se reunieron en el hipódromo de la Castellana gran número de aficionados.
En el palco regio se encontraban Su Majestad la Reina doña Victoria, Sus Altezas Reales las infantas doña Beatriz y doña Cristina y los infantes don Fernando y don Alfonso, acompañados de sus séquitos.
En el peso, lo mejor de nuestra sociedad, que parecía haberse dado cita en el coquetón recinto madrileño. Numerosas caras bonitas, que, con su belleza y elegancia daban una nota más de grandiosidad a la reunión capital del año.
En la pelouse munerosos y valientes aficionados seguían y comentaban el desarrollo de las pruebas.
Como todos esperábamos, resultó una gran carrera. Tuvo momentos indescriptibles, y constantemente produjo la impresión de ser disputada por ocho grandes caballos.
JATIVA (FR), cuyo origen (RABELAIS y LA CHINITA) permitía prever su gran clase y condición, triunfó en toda la linea. Confirmó la excelente impresión que produjo en sus tres actuaciones en España; demostró ser un gran caballo y que, queriendo correr, no hay aquí quien le bata; una vez más se ve nuestra inferioridad ante la importación. Su victoria es limpia, plena, sin atenuantes; en toda la carrera se distinguió por la potencia de su acción y la amplitud de su galope y su docilidad (a pesar de su mala cabeza) para obedecer las menores indicaciones de su jockey. Batió rotundamente a sus siete contrincantes, especialmente a ATLANTIDA, que en la recta final llegó a su altura y casi le pasó.
Los tres Cimeras no tienen disculpa para su derrota. Les ganaron en buena lid, a pesar de tener la ventaja numérica de su parte. MONTECASINO y FRASCATI fueron muy mal montados; llevaron un tren falso y lo quisieron forzar en un momento en que todas las ventajas eran para el potro de Valderas. ATLANTIDA quedó a la altura de su fama; fue la única que pudo seguir a JATIVA (FR) cuando éste quiso despegarse y que le presentó tenaz lucha; no encontró en sus dos compañeros de cuadra la ayuda que era de esperar, y todo tuvo que hacerlo ella sola. Victoriano Jiménez se ganó ayer, por su energía y decisión, la primera monta de la cuadra; se la den o no, para nosotros es él la mejor.
DUENDE demostró estar mucho mejor que en sus pasadas actuaciones. Ocupó el tercer puesto delante de FRASCATI y MONTECASINO, sus victoriosos rivales. Tuvo un final pletórico de facultades y no precisó marcar su consabido tren.
Los demás caballos no pudieron seguir el paso endiablado de la segunda parte de la carrera.
El desarrollo de ésta fue como sigue: previo un paseo ante la tribuna regia de los ocho participantes, estos galopan hacia la salida, siendo su paso acogido con grandes aplausos, especialmente los Cimera y JATIVA (FR); el starter da la salida y, al dibujarse posiciones, vemos en primer lugar a FRASCATI, NEZ DE FURET, luego un pelotón y, cerrando la marcha, MONTECASINO y ATLANTIDA; en la curva, el LARRIKIN queda solo en cabeza, y DUENDE avanza y se coloca tercero; así recorren la recta, y en la curva de Madrid MONTECASINO empieza a pasar; enfrente, ya va en cabeza; JATIVA (FR) responde plenamente al llamamiento de su jinete; ATLANTIDA, convertida toda la carrera en sombra del hijo de RABELAIS también fuerza; en la curva final empieza ya a dominar la situación el caballo de Perelli, que emboca la recta muy ceñido y con gran ventaja sobre los demás; ATLANTIDA va por él y llega a su altura; pero Perelli, que ve que con el látigo no hace nada, empuja con las manos y decididamente se despega, ganando por dos cuerpos; DUENDE, en un final muy fuerte, ocupa el tercer puesto, a medio cuerpo sobre FRASCATI.
El marqués de Valderas, entusiasta propietario del ganador, que realiza una labor de mejora dentro del deporte y que vió compensados ayer sus desvelos, tuvo la mala suerte de ver morir a su potro VEPIRUS en la carrera de dos años y la alegría de ver triunfar sus rojos colores en el Gran Premio.
Valero Pueyo, el preparador barcelonés, que tantos triunfos logró para los colores de don Eusebio Bertrand, ganador éste del Gran Premio de Barcelona para los suyos, y encargado de la preparación de la cuadra Valderas, puso a JATIVA (FR) en condiciones inmejorables, corrigiéndole sus defectos.
José Perelli uno de los mejores jockeys españoles, que llevó magistralmente al ganador, llegando a compenetrarse con él en tal forma que hoy le domina completamente. Con esta victoria gana por segunda vez el Gran Premio. La primera fue en 1926 con APA NOY.
Uno de los salones de Zahara. En torno a una mesita Perelli conversa con Leforestier y Belmonte, sus enemigos en la pista. Aprovechamos la ocasión y nos acercamos al jinete de JATIVA (FR), que afablemente se dispone a darnos su opinión, de gran interés, después de su victoria.
- Puedo asegurarle que tenía absoluta confianza en el triunfo. Sabía lo que llevaba en mis manos y podía esperar optimista el resultado.
- ¿...?
- Para mí el mayor enemigo era FRASCATI, vencedor de JATIVA (FR) en el Gran Premio de los Tres Años, aunque lo fue por la mala cabeza de mi caballo que se paró inopinadamente. Estas genialidades, fueron causa de que ahora no estuviese seguro de mi triunfo hasta que pasé la meta.
- ¿...?
-La mayor alegría de mi vida hípica ha sido el ganar este Gran Premio. Ya había obtenido otro con APA NOY, pero entonces los enemigos eran inferiores, y aunque me alegré, -era todavía aprendiz-, no lo fue tanto como ahora.
- ¿...?
- A seguir montando, hacer la temporada de Biarritz y a ganar otros Grandes Premios.
- ¿...?
-Creo que JATIVA (FR) es el mejor caballo actual; ATLANTIDA el mejor nacional; y COLINDRES el más superior a todos los que han pisado nuestros hipódromos. Con él tuve un gran triunfo internacional al ganar el Gran Hándicap de la Tamisse en París el año 1927.
- ¿...?
- La mejor cuadra española es la del conde de la Cimera en la actualidad, pero dentro de dos o tres años la cuadra del marqués de Valderas le habrá dado la gran batalla.
- ¿...?
- Belmonte el mejor jockey español y Garner el mejor de los extranjeros que aquí han montado.
- ¿...?
- Para mi gusto, los hipódromos de Aranjuez y San Sebastián son los mejores de España.
- ¿...?
- No he sufrido ningún percance. En otro deporte nada me ha podido pasar porque sólo practico el hípico.
Y termina riendo: -Yo ganaré el Gran Premio el año 1934, pues como vé, lo consigo cada cuatro años. ¡Soy bisiesto!
EL SIGLO FUTURO, lunes 30 de junio de 1930
Ayer se disputó en el Hipódromo de la Castellana la carrera más importante del año: el gran Premio de Madrid, cuya dotación es de 50.000 pesetas.
JATIVA (FR), por RABELAIS y LA CHINITA, nacida de la yeguada que su propietario el marqués de Valderas sostiene en Francia, ha batido a sus siete adversarios, como hacían predecir sus tres últimas actuaciones. Han salido todos muy agrupados, y muy sujetos; delante, FRASCATI. Enfrente marcan su avance MONTECASINO, JATIVA (FR) y la torda de Cimera. El hijo de PREMONTRE cede ante el sucesivo ataque de los otros dos, y en la curva es adelantado por su compañero FRASCATI, quien intenta acercarse a los de cabeza. El primero en enfocar la recta final es el de Valderas, seguido de ATLANTIDA, pero a cierta distancia por lo que parece que el alazán domina ya la situación; pero Victoriano empuja decidido a su cabalgadura y logra ponerse a la altura del ganador. Perelli, al ver tan cerca a tan temible adversario, tira de látigo y castiga a JATIVA (FR), quien no le hace el menor caso, y entonces, viendo Perelli que el látigo no es solución, se decide a empujarla, y en dos achuchones se separa de la torda para batirla de dos cuerpos. El triunfo de estos simpáticos colores fue acogido con clamoroso entusiasmo, siendo felicitadísimo el marqués de Valderas, Valero Pueyo y Perelli, por su triple participación en el triunfo. Es de sentir que el impetuoso esfuerzo de Jiménez no se hubiese visto secundado por sus compañeros de monta, quienes, sin duda alguna, debieron marcar una paso más vivo, dedicado a fastidiar a los contrarios. (FABRA)
LA VOZ, lunes 30 de junio de 1929
Nunca como en la presente temporada tuvieron los colores marrón con lunares blancos tan despejado el camino que conducía a la posesión del Gran Premio. Si mediada la temporada se hubiese preguntado uno por uno a todos los aficionados quién a su parecer tendría más probabilidades de alcanzarlo, la respuesta no daría lugar a dudas; la unanimidad absoluta se declararía favorable por los ejemplares del conde de la Cimera. ¡Quién iba a sospechar que aquellos que en todas las distancias demostraban día tras día una regularidad magnífica exhibiendose en galopes impresionantes iban, pasado el tiempo, a difuminarse y casi hasta borrarse sus posibilidades de triunfo! Porque primero con MONTECASINO, luego con ATLANTIDA, y, finalmente, con FRASCATI, la impresión de sus galopes acrecentaba en cualquiera de ellos un virtual walk over para la gran carrera. Tal era la superioridad que de ellos se desprendía. Pero desde la primera reunión de Aranjuez, corrida en Madrid, en que FRASCATI venció a MONTECASINO, disculpada esta derrota por sorpresa del segundo, el hijo de PREMONTRE -el más firme puntal para el Gran Premio- quedaba no en muy airosa posición. Se afirmó esta creencia por su decepcionante actuación en el Villamejor, y ya de los tres uno quedaba totalmente borrado. Seguía cosechando triunfos la torda, apuntándose como el elemento de más fondo de los concurrentes a las distancias máximas, y FRASCATI aumentaba su cotización con sendas victorias aobre MONTECASINO, JATIVA (FR) y ATLANTIDA. Por lo tanto, sobre el papel sólo quedaba uno de los tres candidatos al Gran Premio. ¿Qué hicieron ayer éstos? El que más confianza inspiraba, FRASCATI, decepcionar; MONTECASINO, lo que se esperaba, y ATLANTIDA, algo menos de lo que se podía esperar, pero, a fin de cuentas, la única que corrió en su forma habitual, viniendo desde los últimos lugares a disputar la victoria al ganador de ayer, el magnífico JATIVA (FR).
El no ganar éste el premio Villamejor ha sido un bien lo que parecía un mal. Logró con ello tres cosas deseables y una indeseable. Esta corresponde a la pérdida de 20.000 pesetas; aquéllas. a descargarse tres kilos, a cargárselos a su vencedor y a conocer la pista a fondo. En el cambio ha salido ganando. Su mal carácter quedó casi corregido, y ésta, su más terrible contra al quedar disminuida aumentaba su chance. Y decimos casi corregido porque ayer estuvo en un tris, en dos ocasiones de la carrera, de echar abajo, de un solo golpe, todas las ilusiones que en él forjaban sus numerosos partidarios. Fueron en el momento de la partida y en el de la llegada. Los dos más dificiles de subsanar. Primeramente no quería andar, y fueron ímprobos los esfuerzos de Perelli para hacerle ir bien colocado. Después, cuando francamente destacado entraba en la recta de llegada a la altura de la primera tribuna, dejó de emplearse, y otra vez Perelli tuvo que emplear su energía para despegarse de ATLANTIDA, que le venía comiendo terreno. El tranco fácil y amplio del hijo de RABELAIS se mostró espléndido en esta ocasión, volviéndose a alejar de su enemigo. Era lo lógico a igualdad de trancos, contando cada cual con sus reservas. No es comparable el de JATIVA (FR), ágil, flexible, con el pausado y carente de velocidad de ATLANTIDA.
Preciosa carrera la del vencedor, magistralmente llevado de la mano experta de José Perelli, segunda vez vencedor de este premio. Hay que hacer constar que si bien respondió JATIVA (FR) a las llamadas imperiosas de su jinete, éste supo conducirlo con sumo tacto y discreción, no exentos de dificultades, todas creadas por una mala cabeza, difícil de gobernar. Menos mal que no persiste en sus traviesas intenciones, y pronto del mal que inicia se arrepiente, dándose generoso. Si así no fuera, ya podrían intentarlo los mejores jockeys del mundo, que nada conseguirían. Sería una gran lástima que quien guarda tan formidables aptitudes de galopador las viera truncadas por la veleidosa veleta de su cabeza.
Y hablemos de DUENDE, el magnífico ejemplar del conde de Montelirios. El más castigado en el peso, con sus buenas 53 libras, realizó un gran galope. Realza esta meritoria hazaña el estar a dos cuerpos, a sólo cinco libras de un cuatro años de la calidad de ATLANTIDA. Siempre en los primeros lugares, supo resistir valientemente el tren -ciertamente no muy severo-, y al final lograr con autoridad el tercer puesto delante de FRASCATI.
La salida se dió en buenísimas condiciones, casi perfecta. DUENDE se puso en cabeza, seguido de FRASCATI, NEZ DE FURET, JATIVA (FR), BRISEMONT, MONTECASINO, FLORIDOR y ATLANTIDA. En la primera curva, FRASCATI se hace con el mando, llevando un tren lento; pasa el pelotón por las tribunas, fraccionado en tres porciones, y en la recta de enfrente comienzan los Cimera, MONTECASINO y ATLANTIDA, a pasar. En el recodo se han unido a FRASCATI, y luchan los tres con JATIVA (FR), que termina en la curva por ponerse en primer plano. Se destaca francamente en la recta, y sólo queda ATLANTIDA dispuesta a disputarle el premio. Galopa fácilmente, muy pegado a la cuerda, y la torda consigue ponerse a su altura mediada la recta. Perelli se apercibe de ello, y bastan unas enérgicas llamadas para que vuelva a destacarse, ganando con indiscutible autoridad, por dos cuerpos de ventaja. DUENDE se mantiene en tercer puesto, a pesar de que FRASCATI vuelve fuerte por el exterior, con ánimo de arrebatárselo. El público tributa al vencedor entusiastas aplausos, y su propietario le entra en el pesaje cogido de la brida. Las ovaciones aumentan a su paso, y todo son felicitaciones a Perelli, Valero Pueyo y el marqués de Valderas.
HERALDO DEPORTIVO, viernes 5 de julio de 1930
Acierta siempre el Gran Premio de Madrid a ser, no sólo por su dotación, algunas veces superada en otros mítines, sino por su clasicismo, valga la palabra, la carrera más importante del año español. Algunas veces, sin embargo, sin perder esta categoría, no fué la más interesante, porque la presencia de uno o dos candidatos superiores dejó previamente la lucha reducida a ellos; pero esta vez colmó todas las exigencias, tanto de inscripción como de desarrollo, y el triunfo de un propietario ya veterano en el turf español, pero que ahora ha vuelto pujante a refrescar su cuadra y a incrementar su yeguada, no puede sino ser muy bien recibido por todos. Su paladín ha sido JATIVA (FR), un RABELAIS (FR) criado por su propietario en Francia, donde corrió con éxito una vez, y en las otras, y en privado, evidenció dos cosas: una indudable calidad y una cabeza bastante mala. La decisión de traerlo a España se ha visto coronada por el éxito más completo, probando que un animal de su clase puede aquí, mejor que allí, encontrar ocasión de confiarse y de realzar sus méritos. Al efecto, una victoria pequeña en Barcelona le sirvió de primera lección; en el Villamejor, fué segundo, como en la memoria de todos está, no por falta de medios, sino de deseos de emplearlos; y tras un buen galope público en el Premio Eclipse (que ganó), ha coronado sus actuaciones con el triunfo en el Gran Premio. Alabemos, pues, a JATIVA (FR), cual merece (y a su preparador, Valero Pueyo, y su jinete Perelli), y agradezcámosle esos trancos sencillamente fenomenales, que al abordar la recta final dio durante 100 ó 150 metros, y que, a nuestro humilde juicio, fueron lo mejor del año para quien guste ver galopar un purasangre. Después consignemos, sin por ello restarle méritos, sino para disculpar a algunos de los vencidos, las circunstancias que, sin duda, le facilitaron el triunfo: de una parte, el llevar todos los descargos para él posibles, recibiendo peso incluso de los nacionales; y de otra, la ausencia de tren durante las dos primeras mitades del recorrido, y la ausencia de alguien que se ocupara de él. No comprendemos bien la táctica que los tres representantes de la cuadra Cimera siguieron, ya que, por lo menos, a dos de ellos convenía especialmente un tren severo, y, en cambio, de sus rivales había tres (JATIVA (FR), DUENDE y FLORIDOR) a quienes cuadraba perfectamente que la carrera se redujese lo más posible a un repelón. Y así fué. Dieron la primera vuelta en cabeza y sin esfuerzo, dos animales fríos y lentos, cual son FRASCATI y NEZ DE FURET; enfrente, al volver a pasar el poste de la salida, inició ATLANTIDA y en seguida MONTECASINO un aceleramiento fuerte que dejó a la mayor parte del lote como clavado al suelo; al abordar la recta, JATIVA (FR), perseguido por ATLANTIDA, dominaba la situación, hasta el punto de que antes de la meta pudo dar más de una muestra de mala voluntad y, sin embargo, preceder por dos largos a la yegua torda, que precipitada (obligatoriamente ya) en su acción no se extendía con la amplitud y la cadencia con que ella tritura otras veces a sus rivales cuando, tras un tren severo pero sostenido, la distancia se deja sentir. Muy fuerte vino FRASCATI de nuevo, en cuanto se repuso del deboulé de enfrente, a luchar para el tercer puesto con DUNEDE. La presencia de éste a la llegada, y el cronómetro, confirman, si preciso fuera, nuestra afirmación de que el tren fué lento para lo que un Gran Premio es, máxime teniendo en cuenta la rapidez con que se llevaron los últimos metros. Batido sin disculpa FLORIDOR, batidos de antemano BRISEMONT y NEZ DE FURET y, en resumen, una carrera espléndida y una ovación extraordinaria al vencedor.
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